miércoles, 6 de mayo de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Callejeo

La tarde estaba de paseo y primavera. Luz recostada en las torres de la Alcazaba y flores en los balcones. Las calles con gente, con tanta gente que casi se hacían intransitables. Las calles se quedaron pequeñas para acoger a todos los que decidieron disfrutar de la esencia del color y de la brisa que venía del mar.

La Plaza de la Merced conserva un poco de aquel decimonónico encanto de cuando Torrijos creía en la Libertad y decidió que España debía ir por ese camino. Claro, luego vino lo de El Bulto y lo de la playa de San Andrés…

Lo que fue el cine Astoria  espera una solución a su problema urbanístico. O mejor, a su problema de dinero, porque en el fondo, es quien todo lo mueve y quien casi todo lo puede. ¿Cuándo vendrá la solución?

Sube la calle de la Victoria en busca de la salida hacia aquella carretera de los Montes por los donde se iban los camiones cargados de pescado con un reguero de agua despedida por el hielo que se derretía. Por el túnel de Alcazabilla entran y salen coches. Ruido, vorágine. Solución oportuna para un problema al que se le buscó salida.

Bajo por Alcazabilla. Las terrazas de los bares casi nos dejan sin calle. Han puesto muchas flores, es verdad, para acotar las distancias entre los que andamos por la calle y los que están sentado placenteramente. ¿De quién es la calle?

Paso por la puerta del cine Albeniz. Recuerdo, cuando de muchacho vi allí, ‘Molkai, la isla maldita’. Luis Lucia nos mostró a Damián de Veuster que dio su vida por los leprosos en una isla perdida en un archipiélago en medio del Pacífico.

Un poco más abajo, a la derecha, Ibn Gabirol, en bronce recuerda a un judío malagueño. Entonces era otra Málaga, como eran otros los cánones de la poesía y del saber. Si no que lo digan los jóvenes que celebran sendas cruces de mayo – botellón, incluido – a las puertas de las dos Casas de Hermandad…

El teatro romano, habla también de otros tiempos. Hay gente; mucha gente en la calle, tanto que la ciudad es un hervidero como lo va a ser cuando dentro de unos meses, lo que fue Aduana abra las puertas y se llame, Museo de Bellas Artes…

No hay comentarios:

Publicar un comentario