Para ti...
DESDE EL LUGAR
Lectores de José Morales García
domingo, 24 de enero de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mangos
Ha llegado a nuestras mesas con retraso. Algo
así como cinco mil años después de que se conociese en las regiones
occidentales de la India o en tierras Birmania. De allí, se extendió por todas
las regiones subtropicales del mundo. En México, probablemente, encontró su
sitio, y hoy es el primer productor mundial.
El mango es como un huevo de avestruz,
pero de colores y en fruta. No llega al arco iris, aunque se le acerca: verde,
amarillo, violeta casi morado, naranja, rojizo… Por el color de su piel se
pueden saber de él cuál es la variedad a la que pertenece.
Por su sabor está considerado,
dentro de las frutas tropicales, como de las más apreciadas entre los
consumidores. Une, a su azúcar, un sabor jugoso y una textura de color
amarillento, además de mucha riqueza en fibra.
El árbol puede alcanzar mucha
altura. Los frutos penden de sus ramas dándole un aspecto muy peculiar y característico,
mostrándolo muy distinto a la manera como otros árboles presentan sus frutos.
El tronco es rectilíneo de color verdoso.
El grado de madurez lo marca el
color de su pulpa que debe estar blanda
e incluso desprendido algo de jugo. La pulpa del mango se puede utilizar para
confituras de mermeladas, confituras, gelatinas, batidos y zumos lo que lo
afianza dentro de las frutas tropicales más exquisitas.
Los expertos en nutrición hablan
su riqueza en agua, de su gran aporte vitamínico, su carácter refrescante y la
fácil digestión. Entre las vitaminas que
aporta está la A. Puede prevenir algunas enfermedades de tipo infeccioso, cutáneas, mucosas, óseas, capilares, oculares y del sistema inmunológico.
Conlleva, también vitamina C, con la que se puede absorber el
hierro y ayuda a la formación de colágeno. La unión de las vitaminas A y C
hacen que esta fruta sea un buen antioxidante, compuesta de propiedades
nutritivas para todas las personas de cualquier edad. Por otra parte,
contribuye a reducir el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares,
degenerativas y cancerígenas.
Su contenido en grasa no es elevado ni en sodio ni en calorías
por lo que permite que se consuma en dietas y en tratamientos de enfermos
hipertensos, reduce el colesterol y es un buen controlador de glucemia.
Es España – el primer productor de Europa – se cría en las
provincias de Málaga y Granada entre la cordillera Penibética y el mar porque
no soporta zonas frías.
sábado, 23 de enero de 2021
Un hoja suelta del cuaderno de bitácora. Karlovy Vary
El autobús partió de Praga
temprano, después del desayuno. Se alejaba de la ciudad. Pronto, salió a campo abierto. Cruzaba la
llanura. “Que las olas me traigan y las olas me lleven, / y que jamás me obliguen el camino a
elegir…” Hago mío los versos de Manuel
Machado en Adelfos. Los interiorizo. Me encuentro a gusto con el
mensaje. Campos verdes de cereales, plantaciones de lúpulos y llanuras donde se
pierde la vista. Es la tierra de Bohemia, el paso natural desde Europa
Occidental a la Europa Oriental.
A media mañana, llegamos a
Karlovy Vary. La ciudad está en el fondo de un valle frondoso. Es la ciudad
balneario más importante de la República Checa. Su fundación se remonta al
siglo XIV, cuando en 1350 el rey Carlos IV descubrió sus aguas termales. Curiosamente,
los reyes en sus cacerías encuentran fuentes en los bosques …
Un arbolado tupido la rodea. Por
su centro corre el río Teplá. En checo significa ‘caliente’ por la temperatura
de sus aguas, antes de su confluencia con el Eger. En Alemania, el Eger tributa
al Elba. La ciudad, debe el nombre a su fundador. Karlovy, genitivo de Karl, y
vary, ‘baño termal’.
Paseo por la orilla del Teplá.
Edificios suntuosos. Todo es hedonismo, buen gusto, ostentación. Tiene un
cierto aire de un pasado esplendoroso. Ha estado en manos del Imperio
Austro-húngaro, Alemania, Checoslovaquia y ahora Chequia. Su paisaje, la
calidad de sus aguas – ciento trece fuentes - ha permitido su desarrollo como uno de los
puntos turísticos más atractivos de los Sudetes.
Lujo, el placer de pasear por sus
zonas ajardinadas, belleza. Subo bordeando el río. Las tiendas para turistas,
ofrecen cristal de Bohemia, cerámica, un licor de yerbas…
El Gran Hotel Pupp, fue fundado en
1701 por un confitero, Johann Georg Pupp. (Hay que degustar las obleas). Caigo,
sin saber cómo, por su puerta. Entro. Las olas del destino... Conserva algo – o
así me lo parece – de la gente que allí se albergó: Goethe,
Beethoven, Mozart, Karl Marx, Mark Twain, Antón Dvorak, Bach, o Wagner…
Sentado ante los ventanales – al otro lado del
jardín - en su salón, a esas horas en que comienza a declinar la tarde, con un
café delante, es el sitio ideal para escuchar la música de Malher, aunque ¡mira
por dónde! él nunca estuvo alojado en estas estancias…
El autobús partió de Praga
temprano, después del desayuno. Se alejaba de la ciudad. Pronto, salió a campo abierto. Cruzaba la
llanura. “Que las olas me traigan y las olas me lleven, / y que jamás me obliguen el camino a
elegir…” Hago mío los versos de Manuel
Machado en Adelfos. Los interiorizo. Me encuentro a gusto con el
mensaje. Campos verdes de cereales, plantaciones de lúpulos y llanuras donde se
pierde la vista. Es la tierra de Bohemia, el paso natural desde Europa
Occidental a la Europa Oriental.
A media mañana, llegamos a
Karlovy Vary. La ciudad está en el fondo de un valle frondoso. Es la ciudad
balneario más importante de la República Checa. Su fundación se remonta al
siglo XIV, cuando en 1350 el rey Carlos IV descubrió sus aguas termales. Curiosamente,
los reyes en sus cacerías encuentran fuentes en los bosques …
Un arbolado tupido la rodea. Por
su centro corre el río Teplá. En checo significa ‘caliente’ por la temperatura
de sus aguas, antes de su confluencia con el Eger. En Alemania, el Eger tributa
al Elba. La ciudad, debe el nombre a su fundador. Karlovy, genitivo de Karl, y
vary, ‘baño termal’.
Paseo por la orilla del Teplá.
Edificios suntuosos. Todo es hedonismo, buen gusto, ostentación. Tiene un
cierto aire de un pasado esplendoroso. Ha estado en manos del Imperio
Austro-húngaro, Alemania, Checoslovaquia y ahora Chequia. Su paisaje, la
calidad de sus aguas – ciento trece fuentes - ha permitido su desarrollo como uno de los
puntos turísticos más atractivos de los Sudetes.
Lujo, el placer de pasear por sus
zonas ajardinadas, belleza. Subo bordeando el río. Las tiendas para turistas,
ofrecen cristal de Bohemia, cerámica, un licor de yerbas…
El Gran Hotel Pupp, fue fundado en
1701 por un confitero, Johann Georg Pupp. (Hay que degustar las obleas). Caigo,
sin saber cómo, por su puerta. Entro. Las olas del destino... Conserva algo – o
así me lo parece – de la gente que allí se albergó: Goethe,
Beethoven, Mozart, Karl Marx, Mark Twain, Antón Dvorak, Bach, o Wagner…
Sentado ante los ventanales – al otro lado del
jardín - en su salón, a esas horas en que comienza a declinar la tarde, con un
café delante, es el sitio ideal para escuchar la música de Malher, aunque ¡mira
por dónde! él nunca estuvo alojado en estas estancias…
viernes, 22 de enero de 2021
Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las Españas
Napoleón era un estratega
excepcional. Los inteligentes que trabajan mejor nadie en los mapas, también se
equivocan. Cometió dos errores monumentales. No contar con los indómitos
españoles y despreciar al general invierno en Rusia.
En España, el jaboneo fue de
época. Cuentan que le estaban lavando
los pies, y le informan del descalabro de Bailén. No reaccionó aparentemente,
estaba ausente. Le repiten la noticia. La reacción iracunda no se retrasó. Le
dio una patada a la aljofaina, y se preguntó en voz alta: “¿cómo es posible que
un pueblo de piojosos y envidiosos nos haya derrotado?”
Cuando avanzaban sus tropas
victoriosas, quemando y arrasando aldeas, campos y ciudades camino de Moscú
hacia donde se replegaban los rusos, en aparente retirada, no conocía la trampa que le tendían. Llegó el
invierno y entonces el general invierno tomó el mando. Lo que vino después es conocido.
Un general vestido de blanco ha
tomado Madrid hace unos días. Tenía nombre de mujer - ¿será por eso tan de moda
de la igualdad? - Lo ha dejado lleno de
hielo, basuras, caos y un montón de problemas. Las televisiones de la capital
se han encargado de informarnos.
Han olvidado una cosa muy
importante. Madrid, por supuesto, es España, don Antonio Machado dijo que era “el
rompeolas de las Españas”. Sabemos también, que Molina de Aragón, Albarracín, Teruel o Vega de Liordes… y un montón de
ciudades más, han tenido temperatura siberianas.
Hay preguntas que casi casi nadie
responde. ¿Qué sabemos de esas Españas de olivareros con la aceituna en el
árbol sin recolectar, porque son variedades tardías y allí se llevan al molino
en los meses de pleno invierno, cuando en otros lugares ya es aceite?.
Tampoco sabemos de esas Españas donde
siembran hortalizas que ponen la pincelada verde sobre la mesa y la riqueza de
vitaminas en el organismo. Unas, cultivadas a cielo abierto; otras, en
invernaderos con costes altos en la infraestructura.
No nos han contado casi nada de
esas Españas donde el ganado no ha salido al campo, porque la nieve cubría los
pastos. Es la España perdida en las llanuras o en los montes.
Las televisiones han decidido que
lo que nos ‘tenía’ que interesar a todos, eran
las fechorías del general invierno vestido de blanco, pero en Madrid. En
fin. Hay otras Españas…