miércoles, 31 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Eso del reparto

 

                           


                Río Jordán

 

31 de mayo, miércoles. Estoy hecho un lío. Verán acabamos de salir de unas elecciones en nuestra tierra y se nos presentan otras dentro de un puñado de días para cuando apriete la calor, o sea cuando julio, ese mes que tiene nombre de emperador romano, llegue a su tramo final.

Ahora los representantes de los partidos políticos nos van a presentar un abanico con sus posibles soluciones a los problemas que nos acucian. Hay problemas de todos los colores – como dicen que tienen los políticos – y que todos encierran en sí la panacea de solución de nuestros problemas y preocupaciones. Están convencidos de poseer la verdad. Naturalmente es una parte de la verdad o al menos como ellos ven la solución que no todos comparten. Eso es un imposible.

 Cuando se habla de la verdad me acuerdo de Aquel que llevaron ante la autoridad y en el interrogatorio quedó en el aire una pregunta sin respuesta ¿y qué es la verdad? Yo, desde luego no tengo la respuesta. Creo que soy muy afortunado de no tenerla porque así estoy inmerso en la gran mayoría que dice que tampoco la tiene. Al menos en ese campo, uno es uno de tantos.

El río Jordán corre por tierra Santa (mucho tienen que ver en ese nombre cristianos, judíos y árabes que la comparten). Una tierra de tantos conflictos e injusticias. Algunos amigos la han visitado. A todos a su regreso les he preguntado ¿tienen solución? Y todos me han respondido lo mismo: no. De verdad que es muy descorazonador al menos para algunos ilusos que todavía creemos en algunas cosas.

Dicen que el río Jordán (da nombre a una parte del territorio y se llama Jordania). Nace cerca del Líbano, luego lo atraviesa por la parte sur, en la vertiente que mira al norte del monte Hermón.

El río Jordán tiene además connotaciones bíblicas de primer orden. Allí en sus orillas predicaba y bautizaba, es decir difundía una doctrina bellísima un hombre llamado Juan. Vestía tan mal casi no vestía y comía tan poco que casi no comía. La gente ávida de muchas cosas se acercaba hasta él y le preguntaba y él contestaba.

Y dicen que les respondía: «El que tenga dos túnicas, comparta una con el que no tiene ninguna, y el que tenga comida, haga lo mismo.» A ese hombre, a ese tal Juan, le cortaron la cabeza y se lo quitaron de en medio. Ya ven, cosas que pasan.

 

martes, 30 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Rumores de ecos lejanos

 

 

                            


               Calleja de las Flores (Córdoba)


30 de mayo, martes. Entro por la Puerta de Almodóvar. Me pierdo en un dédalo de calles estrechas y encaladas. Todo es un laberinto que me lleva y me trae. Me cruzo con gente. Van, como yo, con Guía en mano. Se paran, leen. Siguen su camino. Admiran la belleza presente y, de vez en vez, algo del pasado.

Patios umbríos. Ahí no entra nunca el sol y si por un “si se atreviese”, lo cubren con todos de lona recia que abren durante la noche – por cierto, la contaminación lumínica de la ciudad oculta las estrellas- y lo cierran durante las horas donde más aprieta el sol.

Entre paredes que se dan la mano, en algunos lugares, arcos que se apoyan en los dos lados sostienen el peso de siglos. Me pregunto, naturalmente sin respuesta por las manos que los levantaron y colocaron sus ladrillos macizos.

Asoman al otro lado de las cancelas de hierro forjados - ¡qué preciosidad, Dios mío! - naranjos frondosos, plantas que aporta frescura, buganvillas que buscan en la altura la luz, la sagrada luz del sur que se las anda por los tejados. Ente pasadizos se deja ver el cielo. El cielo está azul. Alguien dijo que la mujer cordobesa tiene los ojos más bellos – en la tierra que en ocasiones se hace cielo -   de las mujeres de España. No lo sé. No lo discuto. Estoy de acuerdo.

Los judíos llegaron a Córdoba en tiempo muy lejano, tanto que se cree que ya había judíos en la época romana. En la musulmana habitaron fuera de las murallas y con los almohades sufrieron persecución.

Ahora, deambulo, un mediodía de sol ando entre indicadores con nombre de rumor lejano: Judíos, Averroes, Restaurante Sefardí, Casa Sefarad, Plaza de Levi Judá, Sinagoga de Córdoba …

Llego a la plaza de Tiberíades. Me paro ante la estatua que recuerda a Maimónindes. Los judíos ayudaron a Alfonso VI en la batalla del Salado – otra vez las guerras – el rey les concedió el permiso para construir una sinagoga. Luego, pasado el tiempo, vino la intolerancia. El integrismo almohade… Maimónides tuvo que abandonar su Córdoba amada.

Allá abajo, el río entre álamos blancos. Sobre el río el puente romano y aquí, delante de mí la Mezquita… Entro. Luego, ya fuera, me extasió, una vez más, en la Calleja de Flores ¿Cómo pude caber tanto en tampoco? La Judería podría hacer suya la sentencia de Rafael Guerra “Guerrita”, “Después de mí naide, Fuentes” Eso, eso…

 

lunes, 29 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Barrios con esencia: Barrio de la Viña (Cádiz)

 

                            


Barrio de la Viña (Cádiz)


29 de mayo, lunes. Las ciudades tienen barrios que atesoran parte de su historia, de su manera de ser, de la esencia, en definitiva, de ellas mismas. El Barrio de La Viña es pura solera en Cádiz. Debe su nombre – eso dicen -  a las antiguas plantaciones de vides que pervivieron hasta el siglo XVIII. El comercio con América supuso un incremento de población, desaparecieron los cultivos y la gente del pueblo buscó un lugar de asentamiento más alejado del puerto y adonde no llegaba la vorágine de la gente de la mar.

Es uno barrio castizo, de los que se encierran dentro de su muralla. Sencillo, tradicional en el que se pueden apreciar una cultura propia y una personalidad desbordante. Sus vecinos tienen un amor especial por el humor, por el carnaval y por el flamenco. Su tesoro más preciado es la Playa de la Caleta enmarcada por los castillos de San Sebastián y Santa Catalina.

El Barrio de La Viñas es, esencialmente, carnavalero. Calles estrechas por las que no entra el sol y se empadronan las sombras. Sus edificios no tienen excesiva altura. Sus gentes atesoran sal y gracia a raudales lo que lo hace uno de los lugares más emblemáticos y pintorescos.  Alguien dijo que “el Barrio de la Viña es la esencia de Cádiz que no podría entenderse sin él”. No estaba equivocado.

-         ¡Niña…!

-         ¡Ea…!

El eje del barrio lo forman las Calle de La Palma y la Plaza de Tío de la Tiza”. Son lugares ideales para degustar la gastronomía de Cádiz: la caballa con “piriñaca”, un picadillo hecho con tomate, pimiento verde y cebolla. Todo regado con aceite de oliva y un toque de vinagre de Jerez. En otros lugares, se conoce como ‘pipirrana’. Una manzanilla de Sanlúcar puede ser un acompañamiento para no olvidar el momento.

El nombre de la Plaza del Tío de la Tiza se debe a un personaje muy conocido en Cádiz a finales del siglo XIX que creó un coro carnavalesco de enorme popularidad. La plaza tiene más de deseo que de realidad porque es un ensanche entre las calles Pastora y Hermano Ignacio. Algunas de las fachadas de las casas del barrio están adornadas con mosaicos que recogen personajes, momentos históricos o la devoción a Nuestra Señora de la Penas de gran implantación en el barrio.

 

 

 

 

 

 

domingo, 28 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


                       Rosal Polyantha. Var. Sevillano.

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Virgen de la Paz

 

 

                            


                   Virgen de la Paz. Álora (Málaga) F. Juan Blanco


28 de mayo, domingo. Se rompieron moldes. Entre dos luces, en un atardecer de mayo, vísperas de Pentecostés, que tenía anunciada lluvia, pero que no apareció, el pueblo de Álora asistió a una procesión insólita hasta la fecha. Por primera vez la imagen de la Virgen de la Paz se llevó en procesión, portada por mujeres, incluida la mayordoma de trono, desde el templo parroquial de la Encarnación hasta la capilla del Calvario donde recibe veneración y culto durante el año. Hasta ahora siempre se había procesionado por las calles del barrio.

El cortejo procesional estuvo presidido por el párroco de la localidad Felipe Gallego Gasco acompañado por el alcalde, Francisco Javier Martínez Subires, por el Hermano Mayor de la Cofradía del Huerto y por los Hermanos Mayores de las Cofradías de Pasión y Gloria de la localidad. Como banda de música acompañó la de Dolores Coronada. La procesión hizo el recorrido por Benito Suárez (salió del templo por una de las puertas laterales) Plaza Baja de la Despedía, calle de Atrás, Plaza de la Fuentarriba, Veracruz (donde se recibió con repique campanas y donde se retiró la presidencia oficial) Camino Nuevo, Carambuco y Calvario.

La imagen de la Virgen de la Paz es obra del imaginero sevillano, fallecido hace unos años, Luis Álvarez Duarte que también talló el grupo escultórico de la Oración en el Huerto, titulares de la cofradía. La imagen del Señor representa a Jesús en Getsemaní en el momento en que el Ángel le ofrece el cáliz del martirio. El grupo es de una belleza plástica excepcional. La imagen del Ángel fue seleccionada por su calidad y expuesta en una muestra sobre imágenes de Semana Santa de la provincia, en el Obispado de Málaga.

El barrio del Calvario, barrio blanco y con encanto baja desde un promontorio (los otros dos, el Cerro de La Torres y el Cerro de las Viñas) desde los que Álora se asoma, casi de puntillas, a la vega por donde corre el río Guadalhorce. Las vistas panorámicas que se contemplan son privilegiadas. Por poniente, el macizo montañoso, de El Hacho y el Monte Redondo; por el norte, la Sierra de Abdalajís y El Torcal; a sol naciente, los Lagares, coronado por el Sancti Petri y los Montes de Málaga; por el sur, la Hoya de Málaga y la Sierra de Mijas.

 

PD. Disculpad, hoy he recuperado algo de los rescoldos de mis tiempos de corresponsal de SUR…

 

sábado, 27 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Puebla de los Infantes

 

 


                           Embalse de Retortillo. Puebla de los Infantes

 

27 de mayo, sábado. La Puebla de los Infantes - de los Siete Infantes de Lara a los que debe nombre - te recibirá porque está allí desde siempre, en un recodo del camino y a la que no verás hasta tanto estés casi encima. Puede que te sorprendas por lo comunicativo de su gente, por la riqueza que encierra en su iglesia de la Virgen de los Huertos que, como sabrás luego, lo recoge (lo de los Huertos) del Cantar de los Cantares, y no de los otros que no habrás visto por el camino. La iglesia de Santiago está abandonada. Hace el calor en este mayo más verano que primavera.

 

Te contarán que la Virgen, en su imagen primitiva, pequeña y de campaña, propia para ser transportada en el arzón de un caballo. Es del siglo XIII, que trajo el poderoso arzobispo Jiménez de Rada y, que la actual, a la que se venera en el altar mayor, bajo unos versos, “Huerto escondido”, del Cantar de los Cantares es gótica de transición entre el XIV y el XV.

 

Un Cristo, del XIII, preside la nave de la Epístola y, en la otra, en la del Evangelio, San José con estofado en mal estado de conservación, de Pedro Roldán y un Yacente de Ortega Bru.

 

Si gustas de hablar con la gente te enterarás que el pueblo vive del corcho, del ganado y del olivo. El año como en tantos sitios de nuestra tierra apunta a malo. Bastante malo. Sin agua, ya se sabe... y ¿paro?, pregunté, ¿hay mucho paro?. “Como en Andalucía, todo el mundo. Hasta el cura está en el paro”. No sé si a ti, a mí sí, me sorprendieron, las pocas medidas de seguridad que se tomaban ante tanta obra de arte perdida por esos campos de Dios.

 

El embalse del Retortillo, pasada la Puebla de los Infantes, separa administrativamente, que no de otra manera, las provincias de Sevilla y Córdoba

Acércate. Debería estar lleno; no lo está. ¡Qué pena! Hace calor. Huele a campo que se agosta. Todo es quietud. Zumban las moscas. Cantan los pájaros. Por un momento párate y escucha el silencio. Difícilmente verás cruzar por el cielo azul cigüeñas negras, garzas, ánades reales... que dice un panel indicativo que surcan estos espacios.  Yo no las vi. Debe ser por la hora. Seguí camino y guardé algunas cosas en los apuntes; otras, dentro.

 

viernes, 26 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sancta Sanctorum

 

 

                            


26 de mayo, viernes. Desde los orígenes de la humanidad el hombre acudió a solventar sus problemas básicos: preservarse de las adversidades, crecer, y sobre todo comer. O sea, vivir.

Lo primero, sobreponerse a lo que le rodeaba. Viven en cuevas, buscan lugares seguros y se procuran la comida. ¿Dónde estaba la comida? En las raíces, hojas, tallos, aminales…

La cosa primera no quedó, obviamente, ahí. Todo evolucionó. Fue la cosa, según períodos una lucha constante de superación. Era la ley del esfuerzo. Primero el fuego; luego, la conservación; después el condimento.

No es cuestión de hacer una historia pormenorizada a través de la Historia. El sibaritismo de Babilonia fue refinado por la cultura clásica de Grecia. Roma le dio, además, el punto de la abundancia hasta tal grado que llegaron a llamarlo orgías. No era cuestión ya solo de ‘comer’, era agregarle algo más y entonces aparecieron bailarinas y música. El mundo musulmán agregó la degustación en jardines, flores y noches de ensueño que ponían todo aún más bello.

Cuando llegó la época de las comunicaciones, el mundo de aquel tiempo amplió sus fronteras. De oriente vinieron las especias, es decir, más sabor: la pimienta, el comino, curry, canela, jengibre, cúrcuma… Eran una parte más de las mercancías que llegaban desde tierras lejanas.

El hombre no se paró. Cruzó la mar océana. No encontraron Cipango y Catay. No. Encontraron un continente. Lo llamaron América. Desde un Círculo Polar, el del Norte, hasta casi el otro, el del Sur. De allí trajeron otros alimentos: patatas, tomates, aguacates, maíz, mangos…

La cocina, - los especialistas – en aderezar los alimentos... Todo evolucionaba. En el siglo XVIII, la patata era una planta decorativa; en el XXI, un alimento básico en la alimentación de la humanidad. Hay profesionales que han rizado el rizo y de algo tan simple como un tubérculo, han hecho una obra de arte en la degustación.

La cocina ha evolucionado de manera asombrosa. En rincones recónditos, apartados – “¿cómo estaba esto aquí y yo sin enterarme”? Alora se asoma cada mañana, casi de puntillas, a su vega fértil por donde el río se va para la mar que no se ve, pero se intuye en la lejanía. En su suelo, profesionales increíblemente creativos.  Se llaman Abilio Pedro, en los fogones (“Entre los pucheros anda Dios´”, escribió Santa Teresa); Gregorio, en sala e Isa en la discreción del buen hacer. En honor de sus padres, “Casa Abilio”, Callejuela de Padilla, esquina con Erillas. … No acercarse a ellos es una tardanza imperdonable. Es el Sancta Sanctorum

 

 

 

 

jueves, 25 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


               Variedad: Perla negra. Obentor Delbard (Francia) 1976

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Juegos de entonces...



25 de mayo, jueves. Carecíamos de casi todo. Algunos afortunados tenían una bicicleta. Yo siempre soñé con tener una bicicleta. No la tuve nunca. Tampoco tenía otras cosas. Todo aquello nos forjó de una manera que nos hizo ser cómo éramos.

Nunca sabíamos quien traía las ‘modas’. Un día, sin saber cómo ni por mano de quien aparecían los trompos: artilugios de madera torneada con una ranura en la panza. Con la ayuda de una guita se le daba impulso, giraba y giraba cuando se lanzaba al vacío.

El trompo podía “bailarse” individualmente, o en grupos. En el primero de los casos, cada uno, a su aire; en el segundo, se establecían turnos de participación.

El trompo era el impulso interior transmitido, como si toda la fuerza que almacenábamos, de pronto, saliese tras un giro del brazo que, al desenrollare, se iba en aquella peonza de madera. El trompo podía ser de punta roma o afilada. Más inocentes los primeros, con mala leche los segundos; los de punta roma, cuando impactaban en el suelo giraban de manera más acorde; los de punta afilada daban pequeños saltitos que se amortiguaban, cuando perdían fuerza.

En el centro de un círculo se colocaban los demás trompos cuando se jugaba en común. No siempre salían bien parados. Mas de una vez terminaban abiertos en dos mitades por la punta afilaba con regocijo de su lanzador y desolación del propietario.

La guita no podía tener nudos en su mediación y sí en uno de los extremos. Se remataba con una chapa (de una botella de cerveza o gaseosa). Excepcionalmente, una moneda de dos reales, que con su agujero, en el centro, permitía su sujeción entre los dedos índice y corazón, para quedar fijada, una vez que se había disparado el brazo.

El pincho utilizaba unos centímetros de metal afilado por uno de los extremos. Servía cualquier instrumento con punzante y un trozo de tierra humedecida. Sobre el suelo se dibujaba un cuadrado o un rectángulo. Se lanzaba alternativamente y mediante trazados de líneas geométricas se le hacía “perder” posesión de tierra al contrincante.  Alternativamente se lanzaba el turno se rebotaba o no se clavaba sobre la tierra.

Venían las bolas: de barro, cristalinas, de bronce… los “toreros”, la rueda (con el aro de un cubo de cinc o de una barrica de arenca…) y se impulsaba con un gancho que nos hacía correr por las calles en un ejercicio de equilibrio y habilidad.


 

 

miércoles, 24 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


               Rosa variedad: Miss Harp

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Refugio

 

 


24 de mayo, miércoles. La tarde se puso de revuelto y gris. O sea, de nubes negras que entoldaron el cielo y dejaron al otro lado el azul de primavera. De vez en cuando caían un puñado de goterones gruesos, sonoros, opacos como cuando se cribaban los garbanzos en la era y ofrecían un ruido monótono; al rato se abría otra vez el cielo.

Se han recogido pronto las gallinas. La tarde aún no llegaba a la mediación. Han cogido su sitio en el palo largo. Las gallinas esperan la noche en el gallinero porque saben que esta tarde la luz se va más temprano. No es que se vaya la luz, no, no. Es que las nubes no van a dejar que se vea el sol cuando traspone por detrás del Monte Redondo por donde, cada día, se va camino de América.

No hay pajarillos en las ramas de los naranjos en la huerta. Los cipreses del borde de la alberca han abierto más temprano que otros atardeceres las ventanas por donde se adentran para buscar el cobijo que los proteja de los gatos. Los gatos se las andan por las noches en su cacería de cada día. Los gatos no pueden subir a los cipreses. Allí  se saben seguros los pajarillos.

Las imágenes que vienen de otras tierras son tremendamente duras: ríos de agua sin control, bajos anegados y, ahora, como se ve en las imágenes de la televisión, la sacan con fregonas y escobas. Hay fango en exceso, dolor y ruina, y una sensación de suciedad acumulada a modo de barro.

Otras imágenes enseñan los cultivos destrozados: sandías picoteadas por los granizos, invernaderos destrozados. El aguan ha enfangado hortalizas, remolachas… Todo tiene pinta de destrucción. La gente del campo está aplastada por la desolación. Hace unos días se pedía el agua como remedio; ahora, se maldice la hora en que apareció eso que llaman Dana pero que viene con la muerte en las entrañas. Siempre hay un ¡ay! de dolor e impotencia.

Dentro de unos días, la rueda de la vida en sus vueltas diarias nos traerá algo nuevo. Esperemos que no sea tan malo, tan dañino y con tanta virulencia como esas trombas que han caído por Cartagena, Alicante, Almería, Trebujena… Dentro de unos días – ahora nadie habla de Doñana – volverá el rosario de pantanos secos con imágenes de pueblos, campanarios e iglesias en sus fondos… Dicen que lo de ahora se llama Dana. Y mientras, los pajarillos acuden al refugio seguro del ciprés de la alberca.

martes, 23 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mujeres que dejan huella: Isabel de Solís, s. XV, dos amores, dos culturas

 

 

        


23 de mayo, martes. Mujer controvertida. Enigmática y superviviente en un mundo hostil.  No conocemos casi nada de su vida, salvo lo comentado por los cronistas de ambos lados. Desconocemos la fecha de nacimiento y dónde y cuándo murió, aunque se sabe que en tierra de Castilla. “Tornadiza” (cristiana de Alá), para los cristianos; “Elche” (renegada), para los musulmanes. Solo una cosa ha permanecido a través del tiempo: era una mujer bellísima. Muley Hacen, el sultán que la hizo suya ¿o fue a revés? La llamó Zoraida, “lucero de la mañana” ¿Cabe un nombre más bonito?

Nació en tierras de Jaén.  Huérfana desde pequeña. Su padre era comendador de Martos y alcaide de la misma ciudad y del castillo de la Higuera. En una de las razzias – incursiones de ida y vuelta, en territorio enemigo en aquella época – la hacen prisionera. Según unos “cuando cogía flores en el campo con otras mujeres de servicio”, según otros, en una fuente…

Cautiva – sigue la controversia – la compra Aixa, esposa del sultán. Otros opinan que la entregan como regalo a Muley Hacen – la encuentra en un lavadero – y hay quien afirma que prendado de su belleza la encierra en una de las torres de la Alhambra, la Torre de la Cautiva. La colma de regalos. Abandonada Aixa, madre del Boabdil, el heredero, ella le corresponde en amores. Le da dos hijos. Sai’d y Nair.

 En Granada se recrudece la guerra civil – Abencerrajes, partidarios de Boabdi y Zegríes, de Muley Hacen – hasta el punto que corre la sangre, intrigas, traiciones, y venganzas entre unos y otros. La guerra se extiende hasta la Alcazaba de Málaga. Los cristianos, cada vez presionan más y más. Se está llegando al final del reino nazarí…

Muerto Muley Hacen, Aixa retoma el poder a la sobra de su hijo. Zoraida y sus hijos, cautivos, sufren prisión en el Valle de Lecrín. Los granadinos la consideran una traidora que favorece a los cristianos. Es, según ellos, una infiltrada que propicia la caída de su reino.

Tomada Granada por los Reyes Católicos, Zoraida vuelve a Castilla. Se bautiza de nuevo. La iglesia admite que su abandono de la fe católica fue por salvar su vida. Toma el nombre, de Isabel de Solís. Sus hijos, Juan de Granada y Hernando de Granada ocupan cargos de relevancia entre los vencedores.

 

Bibliografía:

VILLAGRA, Mabel. Más Isabel – Isabel de Solis – una vida llena de enigmas.

FERRES VALERO, Sandra. Mujeres en la Historia.

 

lunes, 22 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Alosno

 

En 2013 anduve por tierras del Andévalo. Ayer, Tomás López, con un artículo excelente: Andevaleando, me encendió la chispa. Lo he recuperado. Lo vuelvo a publicar…

                                      


22 de mayo, lunes. El viajero llega a Alosno a esa hora en que las sombras se acortan, vamos que no hay sombras, porque el sol está en lo más alto. Recostado el pueblo, la carretera, que viene de San Bartolomé de la Torre le da un pellizco casi por unos de los extremos, y luego sigue para Tharsis…

El viajero busca folclore. Mejor, grabaciones del folclore de uno de los pueblos, a decir de García Matos, con más riqueza de los que surgen en la tierra andaluza. En el Portichuelo, se interesa y pregunta y se echa a andar por las calles del pueblo. Y se pierde por Méndez Núñez, Humilladero, Feria, Ríos, Santa Marta…

El viajero se echa a andar. Hay calles con obras (muy pocas) casas blancas, poca gente y algunas tiendas. En todas se adentra y va porque lo mandan de un sitio a otro y, así hasta la casa del cura (que está cerrada) y hasta que alguien le dice que me vaya a ver a Carlos Carpintero que vive al final de la calle Barrios…

Pregunta y le dicen dónde y entra al zaguán y llama, pero no hay nadie. Me vuelvo al Portichuelo y me encuentro con Sebastián, un chaval joven que ama el cante y que acude a Huelva para aprender, y cuando terminamos me canta, por lo bajini, un fandango, y me dice que fue alumno de Carlos…

Después de comer vuelvo a la casa de Carlos y ahora sí está. Se da en cuerpo y alma, y se ofrece, y me recibe como si me conociese de toda la vida y me regala un vinilo histórico y libros y me invita a ir por mayo por cuando la Cruz que, entonces sí, que Alosno es grande…

Hace unos días Sebastián me envió una botella de aguardiente alosnero y, días después, Carlos me hace llegar una joya. “Este es otro cantar” de Manuel Romero Jara y cintas de Villancicos y otros textos con una conferencia suya… Y, el viajero ve la cantidad de buena gente que hay por esos pueblos de Dios…

Y cuando desde la casa de Carlos vuelve, aquella tarde, cuando ya sí había sombras, el viajero pasa por el monumento a Paco Toronjo y toma nota de las letras que hay en el mosaico y, luego, en su memoria se trae la letra del fandango más universal que tatareamos todos: “Calle Real del Alosno / con sus esquinas de acero / es la calle más bonita / que rondan los alosneros”. Alosneros… ¿buena gente buena? No. Más, mucho más.

 

domingo, 21 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


                         Rosal trepador.Var.Crepúsculo (las dos rosas amarillas que aparecen son de la variedad Solidor y no son trepadoras)

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mirlos

 

 

                                      


21 de mayo, domingo. En una ocasión leía a Josep Pla: “En Inglaterra, escribía, hay muchos mirlos” (Cartas de lejos. Ed. Austral) y luego añadía, que en Oxford solía pasar ratos mirando a estos pájaros sobre la hierba de los claustros de los colegios… Y otras cosas, claro.

Yo, de Oxford recuerdo, además, un mensaje del guía que nos introducía por aquel Sancta Santorum del saber entre retratos de personalidades ilustres a lo que son tan aficionados los ingleses. “Pueden pisar, nos dijo, el césped de los todos los jardines menos el de los claustros porque ese es un privilegio reservado a los estudiantes”.

A mí, muchas mañanas, me esperan cuando llego al campo los mirlos de la huerta. Son menos cultos que los mirlos ‘hijos de la Gran Bretaña’ pero son tan pillos como aquellos porque todos los mirlos tienen la apariencia de docilidad, pero nunca te dejan que te acerques a ellos.

Hace unos días vino a echar un rato Rafael Nuño. Desde lo alto de un cable del teléfono, uno de ellos, nos observaba, en la seguridad de su altura. Luego cuando abandonamos la rosaleda, él, como quien está en los suyo se bajó y se vino a andar entre los arriates.

Los mirlos son muy dados a buscar bichillos entre el estiércol. El mirlo es un gran insectívoro, aunque le guste comer casi de todo lo que puede encontrar y llevárselo al buche. Esos mirlos de huerta son tanto o más listos que los mirlos de los parques y los jardines de las ciudades. Cuando voy a Madrid los veo en El Retiro y esos mirlos – a veces lo he pensado para mis adentros – tienen una experiencia superior a los mirlos del campo de los pueblos. Ellos, ven pasar a miles de visitantes de esa población flotante que acudimos a Madrid esporádicamente.

Pla contaba que él se dedicaba a mirarlos a veces sentado sobre una piedra mientras se fumaba un cigarrillo. La verdad que habría sido muy interesante saber que se decían entre sí el maestro de Llofríu y los mirlos ingleses…

Recuerdo a mi amigo Pedro Márquez, “Periquito el de las vacas” las que tiraban de la carreta de la Virgen de Flores en la romería. En una ocasión me contó que había una mirla empicada a la almáciga de los tomates y se lo escarbaba continuamente…, y “yo, me decía, cuando la veo, le digo: ¿ya estás aquí otra vez? ¡que te conozco, que te conozco”…

 

sábado, 20 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Setefilla

 

      


         Santuario de Setefilla. Lora del Río (Sevilla)


20 de mayo, sábado. Acércate si quieres, en tierras de Lora ( la del barquerito y la copla) hasta Setefilla. La devoción a la Virgen vino de la mano de los Caballeros de Malta que fundaron la ciudad de Lora, naturalmente con su apellido: “del Río”. Allí, junto al santuario supe que arranca la sierra, o se une con el valle. Al valle, también lo llaman ‘la vega’ y es la llanura fluvial fertilísima por dende corre el Guadalquivir. Que todo es cuestión desde donde se mira. 

Si a media tarde se avienen nubes algodonosas en medio de un cielo muy azul y que parecen que anuncian azúcar de feria, y vienen como de la parte de Constantina, me dijeron, es presagio de tormenta que puede tronar a medida que avance el día. Aquello de “nubes de evolución diurna con desarrollo vespertino…”

Pero debo decirte, antes de seguir, que – Lora - tiene importante patrimonio de herencia romana, la Axati. Plino el Viejo dijo que su aceite incidió en la alimentación de las tropas romanas acantonadas en el Rhin. Del tiempo de Witiza hay una moneda de oro y que en la época musulmana fue ciudad murada... Sus frutales y naranjas… No te cuento. Si puedes, pruébalos. 

Fernando III, el Santo, la tomó en 1243 y seis años después la donó a la Orden de San Juan de Malta y a mediados del XVI acogió a los vecinos de Setefilla que se asentaron en La Roda Arriba, en torno a la ermita de Santa Ana. 

Controlan – controlaron - la devoción a la Virgen. “Para ser traída al pueblo desde su ermita - dicen los documentos - debe convocarse a la feligresía al toque de la campana de Santa Ana y que como representante del pueblo ante la autoridad que ha de decidir, se elige y se pasea en andas al viejo más viejo de la Roda Arriba, es decir, al más viejo de los setefillanos”. 

La rivalidad - entre setefillanos y loreños - en tiempos llegó a extremos como mostrar oposición a casamientos entre ambos grupos. A veces las cosas llegan a unos extremos muy difíciles de comprender. El género humano hay veces que no lo entiende ni el mismo que lo creó, o sea, ni Dios.

 

viernes, 19 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada dìa

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Fuegos

 


                Robledillo de Gata (Cáceres)


19 de mayo, viernes. Trabajos universitarios coordinados por una Universidad escocesa, la de Herriot Wat  y la Complutense de Madrid han estudiado un asentamiento humano en Valdocarros, en Arganda del Rey. Han llegado a la conclusión de que el hombre conoció el fuego hace doscientos cincuenta mil años.

Según los científicos pudieron utilizarlo, - además de producirlo cuando les apetecía – para protegerse de los animales, principalmente depredadores que podrían atacarles, para calentarse y librarse del frío o para pasar por las brasas los alimentos. Suprimían las bacterias y facilitaría las digestiones. Quedan claras dos cosas: aquellos homínidos no tenían nada en común con nosotros y segunda, el fuego se conoció cincuenta mil años antes de lo hasta ahora se ha pensado.

En estas fechas de la historia de la humanidad hablar de miles de años es algo común entre científicos que analizan y escrutan minuciosamente las pruebas que se presentan en los yacimientos y que solo los expertos pueden valorar. A los ojos de los profanos se nos pasan sin que nos demos ni cuenta.

Sí se están dando cuenta y mucha, los vecinos de Las Hurdes. Un fuego intencionado – surgió en dos focos diferentes – arrasan la zona. Según las noticias la cosa comenzó en Pinofranqueado y ya va por la Sierra de Gata sin que el viento fuerte que arrecia en la zona permita controlarlo.

Miles de hectáreas quemadas, en una zona bellísima de arbolado, pero de un vida muy dura sobre todo en tiempos pasados y que ahora se ven impotentes contra estas acciones cainitas. Las poblaciones de Descargamaría, Robledillo de Gata, Cadalso y Ovejuela pedanía de Pinofrnaqueado han sido desalojadas. El fuego avanza implacable y el viento lo propaga con tanta rapidez que ni los medios técnicos logran pararlo.

Son pueblos de un encanto espacial. Robledillo de Gata tiene una arquitectura medieval fundamentada en el adobe y la madera, materiales que no resisten el fuego por lo que las declaraciones de los vecinos son trágicas. La riqueza cinegética está seriamente amenazada y la paisajística casi destruida.

Este fuego no es el mismo que usaron los homínidos de hace miles de años. Aquel tenía una finalidad; éste, viene aparejado con tintes de destrucción y muerte. Una tragedia. Y un año más, vuelve a arrasar un país que necesita árboles y que está sumido en una sequía enorme, a pesar del agua caída estos días en algunos sitios. En fin, será nuestro sino…

jueves, 18 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Angelus

 

 

                                              

                                Foto: José Sánchez Moreno, Epi

                                Campanario de la Encarnación desde calle Postigo (Álora)


18 de mayo, jueves. La campana grande, la que está en el lado norte de la torre de la iglesia, ha anunciado que es la hora del Angelus. Hay un tropel de abejas. Liban en las flores del arriate, en las rosas entreabiertas, en el celindo del jardín. Se han llenado de frutos nuevos la higuera, los ciruelos, los membrillos de la alberca…

Angelus. Cielo entoldado. Dice el hombre del tiempo que hoy toca que llueva. El hombre del tiempo lo lleva diciendo desde hace tropecientos días. A lo mejor el día que no lo diga…. El campo espera. Todo es quietud. En los hombres empieza a echar raíces algo que parece que le da la mano a la desesperanza.

Han subido los cormoranes como todos los días. Estos pájaros negros pasan la noche en otro sitio. Cuando lo tienen a bien vuelan sobre la lengua del agua sucia y estancada del río. Se dan un chapuzón y siguen su camino. Se han posado en el eucalipto grande, el que está en la orilla, junto al borde. Primero llegó, uno; luego, otros; después, han llegado algunos más.

Una garza solitaria, patilarga y con el moño como de enfado se mueve entre los juncos. Las garzas no dan miedo; asombra su figura tan esbelta. Parecen que ellas son de otra fiesta. Están por aquí como de prestadas. El río es de ellas, pero van, también, como todos de paso…

Hay un tañido de campana; cruza el campo. La campana grande dice que es la hora. Toca a rezo del Angelus. En el campo, antiguamente, se desuncían las yuntas. En el hato de dejaban frontiles, coyundas y aguijada. Era, la hora de almuerzo. Las yuntas volvían a las pesebreras. Un ejército de bisbitas moviendo la cola, nerviosas, inquietas, curiosas picoteaban buscando los bichillos del surco.

Hay un sonido ronco. Es el tren que viene. El tren anuncia su llegada desde mucho antes de entrar en la estación. Avisa a los viajeros; hace un toque de atención por si alguien está en las cercanías del paso a nivel. Hay un ruido de hierros que frenan. Luego, silencio…

Don Pío Baroja escribió otro Angelus. Eran pescadores. Trece hombres y una mujer; estaban en una mar lejana…Yo, estoy solo en el campo. La campana, la campana grande de la iglesia, ha llamado al rezo del Angelus. El campo que es sabio conoce que el “Ángel del Señor anunció a María…”

 

miércoles, 17 de mayo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


                  Variedad: Princesa de Mónaco

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La calle

 


                                               


                                        Calle Nueva (Málaga)


17 de mayo, miércoles. A los malagueños nos gusta la calle. Nos gusta curiosear. ¿Y a quién no? Hay maneras diferentes de gozar de la calle. Una, echarse a andar sin ir a ninguna parte. Hay calles que se prestan a ello más que otras. En algunas el encanto reside en ver a la gente que pasa; en otras, sortear al que viene en sentido contrario.

Si la calle es estrecha tiene un embrujo especial. La gente se estorba tanto que hay que ir haciendo regates para esquivar a los del sentido contrario. Si la calle es ancha, entonces la cosa cambia. Cada calle para que según cuál de las dos cosas tiene su público.

Cuando yo era joven la gente de dinero o sea los que se podían pagar un café y echar la tarde se sentaban en la Cosmopolita, en calle Larios, y veían “el paso de las tórtolas”. Un café daba para mucho, menos para el de mi pueblo que se sentó porque iba a lo suyo y puso un letrerito sobre la mesa:

-         Ni compro lotería ni me limpio los zapatos.

Calle San Juan y Calle Nueva son otra cosa. Ahí la gente o se detiene ante el escaparate o se adentra en el negocio. La mayoría de esos comercios son ahora franquicias. De calle Nueva han desaparecido dos comercios que para mí significaban mucho: Valero (que tenía otra tienda en calle Granada y ahora me sirvo en uno que montó un antiguo empleado en calle Mármoles después de cerrar) y la Ibérica.

En la Ibérica compré los primeros libros. En la Ibérica era el lugar, después de la Denis, donde uno podía encontrar aquello que no lo había en otras librerías. Desde hace unos años La Casa del Libro abrió un establecimiento en calle Nueva. Un día entré en compañía de Barbeito:

-         Deme algo que tengan del maestro Alcántara, pidió Barbeito

La señorita consultó en el ordenador. Al cabo de unos minutos:

-         No tenemos nada.

-         ¿Y cómo no tienen nada de Alcántara, en Málaga? Preguntó mi amigo…

-         Si usted quiere algo especial podemos buscárselo….

Dimos las gracias y nos salimos. Calle Nueva es una calle ideal para darse codazos unos a otros, para añorar el cierre de la heladería Mira y para percibir desde lejos el aroma que trae el humo del hombre que, desde hace años, vende extrañas mixturas en la puerta principal de la Esclavas, frente a Cinco Bolas.