viernes, 26 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día


 Jefe, hoy las rosas blancas para ti... Descansa en paz.

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Paco Parras. De ahora mismo...

 

 


 

26 de abril, viernes. Jefe, acaban de llamarme el Mora y María Jesús. Me lo han dicho. Jefe, yo nunca hubiera querido escribir tu obituario. Bien lo sabe Dios. Fueron casi cuarenta años, codo con codo… Lloramos juntos cuando se nos fueron Ana, Fernando, tu Antonio, Miguel, Pepita… y ahora me dejas a mí para que yo llore solo. Sé que si ha sido así es porque no ha podido ser de otra manera porque tú siembre quisiste el bien para todos. ¡Eras demasiado bueno y nos diste mucho más, muchísimo más de lo que nosotros podíamos darte a ti!

He hecho mía aquella máxima tuya: “Lo que no hagamos por nosotros no lo va a hacer nadie”. Tu fuiste tan generoso que te diste en demasía. Dios te concedió una inteligencia natural por encima, muy por encima de la media y en tiempos duros de transición ¡qué bien nos supiste llevar a todos!

Maestro, amigo, hombre sabio con la inteligencia natural más grande que he conocido… Paco, de verdad, te lo digo, es ley de vida, pero esto no se le hace a los amigos.

Lloro a lagrima tendida. ¿Te acuerdas? Nuestro Manuel Alcántara decía que hay gente que se muere y gente que se nos muere. Tú estás ahí. Dentro de un rato, cuando te hayan traído físicamente me iré a sentarme a llorar junto a ti… Ahora lo hago delante del teclado. Ya ves, cosas que pasan. Pasa, también la película de nuestras vidas compartidas en los momentos de dolor y en los otros. Ahora, Paco, ahora te lloro como solo puede hacerse con alguien propio.

Hay gente que, obviamente, no te conoce. Voy a insertar un breve semblante de eso que se llamaba antes curriculum vitae.  Francisco Pérez Parras. Docente. Nace en Álora en 24 de diciembre de 1936.

Ingresó en el Seminario Diocesano de Málaga el 1 de octubre de 1946. Un año después pasa al Colegio de los Carmelitas de Hinojosa del Duque (Córdoba) donde permaneció hasta 1949. El 1 de octubre de 1949 regresó al Seminario de Málaga donde estuvo hasta 1956.

Estudió Magisterio por “libre” en la Escuela de Magisterio “Gil Muñiz” de Málaga. Accedió al Cuerpo de Magisterio mediante concurso oposición celebrado en Ceuta, donde realizaba el servicio militar, el 4 de octubre de 1960. En 1961 tomó posesión de la Escuela Unitaria de Jimena de la Frontera (Cádiz). En 1963 desarrolló su labor docente en la Escuela Unitaria del Patronato Diocesano (40 alumnos) del Valle de Abdalajís (Málaga). En 1964 pasó a Álora, la Unitaria de “Casas Nuevas” integrada entonces en el Colegio Nacional Mixto “Díaz-Lanzac”. El 3 de diciembre de 1977 es elegido director, en las primeras elecciones democráticas, por el Claustro de Profesores y ratificado por la Administración, cargo en el que permanece hasta su jubilación en 31 de agosto de 2005, en el Colegio Público “Los Llanos”, siendo el director más antiguo y con más permanencia en el puesto de la provincia de Málaga.

En diciembre de 1979 (curso escolar 1979-80) cuando aún no se había aprobado el primer Estatuto de Andalucía, puso en marcha la Semana de Cultura Andaluza como una manera diferente de acceder, un alumnado en su mayoría procedente de zonas rurales, al acervo cultural del que forma parte. En febrero de 2003 la Junta de Andalucía le concedió la Placa al Reconocimiento al Mérito Docente.

Eso, Jefe, es lo que dicen los papeles. Tus amigos, ya sabes, eso se nos queda a un lado, y ahora ahogamos los sentimientos en las lágrimas…

 

jueves, 25 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día


 

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Rafael de Urbino


Las tres Gracias. Rafael de Urbino.


25 de abril, jueves. En el Renacimiento aparecieron figuras de tal magnitud que, desde entonces, a pesar del tiempo transcurrido, algunos no han sido superados por otros artistas posteriores. Los tres grandes de la pintura fueron Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael. (En otras facetas del arte, también destacaron).

Las ciudades cabeceras del movimiento artístico, Florencia y Roma tuvieron su máximo esplendor durante los siglos XV y XVI. Eso no es obstáculo para que otras ciudades como Urbino, Pisa, Siena, Bolonia, Venecia… no tuvieran un papel importante en la aportación de artistas y en la creación de talleres que, en esencia, eran verdaderas escuelas con estilo propio.

Rafael Sanzio, también conocido por el lugar de su nacimiento, como Rafael de Urbino, hoy se estudia en la Historia del Arte como Rafael. Su padre, también pintor, vio las cualidades innatas que poseía y muy pronto lo encauzo por el mundo de la pintura. Su madre murió cuando Rafael tenía ocho años; cuatro después, su padre. Se crío a la sombra de un tío y de la madrastra, mujer de un segundo matrimonio.

Comenzó a destacar en Urbino; pasó a Florencia y luego a Roma. De todas las ciudades que aportaban muchísimo al arte captó la esencia sin perder su sello personal. En Roma conoció a Bramante, también natural de Urbino que le ayudó. Leonardo y Miguel Ángel andaban en su gresca permanente de odio entre artistas.

Por mediación de Bramante se cree que Julio II, sucesor de Alejandro VI y empeñado en borrar todas las huellas del Borgia español, le encargó la decoración de las estancias vaticanas y así pintó la Escuela de Atenas en 1508, considerada como su obra principal.

Con anterioridad, en 1504 había pintado en Florencia Las tres gracias. Un desnudo a todo color sobre tabla que no alcanza más de 17 cm de altura. Ha pasado por numerosas manos… Josep Pla dijo: “El brazo de la figura de en medio que sostiene la manzana tiene una gracia turbadora intraductible a palabras, infinita”.

La muerte de Julio II no supuso un corte en la producción de sus obras vaticanas. La llegada de León X, le concedió continuidad apoyado con el cardenal Bibbiena, tutor del Papa; no obstante, no se libró de la crítica de Miguel Ángel, en cuyas fuentes bebió, que decía que todo “lo que era lo había aprendido de él”. Rafael murió un Viernes Santo, en la misma festividad en que había nacido, con solo 37 años, en Roma, corría el año 1520

 

 

 

miércoles, 24 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Palma

 

 

                                  


24 de abril, miércoles. Para conocer la historia de una ciudad hay que remontarse, por lo menos hasta donde nos permiten hurgar los papeles viejos. Nos llevan a sus cimientos. A veces piedras amontonadas, un castillo desmochado, un poblado al pairo de los vientos…

Durante catorce meses y un día tuve la suerte de vivir en una capital de la isla y por tanto rodeada de mar por todas partes.  Me daban ropa, comida, alojamiento y la capacidad de admirar cuanto de belleza se encierra en ella y en sus alrededores.

Esa ciudad, Palma de Mallorca, siempre asociada a piratas e invasiones, desde romanos hasta moros y cristianos me dio muchas cosas. Una, eso que llaman felicidad – que obviamente no existe – pero sí la capacidad del gozo. Otra, la de encontrarme con gente maravillosa que se me abrieron y me dieron lo mejor de ellos mismos. Uno, en sus posibilidades, intentaba corresponder.

Ciudad culta, elegante, mediterránea y accesible. Algo impresiona del carácter de los palmesanos – o del resto de los mallorquines porque no siempre es fácil separar hasta donde llegan las lindes -  como poco muy arraigados a ‘sa roqueta’. Hay un dicho “cuando te mudas a Palma lloras dos veces, una cuando vienes y otra cuando te vas.

No sé si lloré cuando llegué aquella fría mañana del mes de enero de primeros de los años setenta…

-  Tú y yo, me dijo Joan, me parece que nos vamos a llevar bien.

Lo clavó el puñetero. Tan lo clavó que hace más de cincuenta años que esa amistad echó raíces y arraigó. Cantaba Jorge Sepúlveda una canción que venía a decir algo así como “qué bonita es Mallorca”. No soy quien para desdecir a nadie. Si me lo permiten. Se quedó corto…

De la mano de Joan conocí la Prehistoria de la isla. Sus navetas no tienen secretos para él. Es un experto. A mí me llevó en su lambretta y recorrimos tierras con una riqueza que barre la tramontana o las brisas que vienen del mar.

De su mano fui a parajes únicos. Todos tenían nombre propios: Lluc, Sa Foradada, Valldemosa, el Torrente de Pareis, Alcudia, Illetas, Felanitx (su pueblo y un poco también mío) Formentor, Soller, la Almudaina con la Catedral, el Born, Bellver, Son Dureta … Palmo a palmo. Amamos las tierras porque amamos a su gente. Joan y Aina su mujer me concedieron, además, el privilegio de ser su testigo de boda en la Catedral (¡Ay, la Catedral, qué joya del gótico mallorquín!) una calurosa tarde de agosto. Creo que no puedo llorar porque yo no me he venido de Palma…

 

martes, 23 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Libros

 

 

                                  


 

23 de abril, martes. El hombre de los primeros tiempos vivió como pudo y superó toda clase de penalidades para ir quemando etapas. Cuando estudiábamos la Prehistoria, nos dicen que vivieron en palafitos, en abrigos y en cuevas, donde dejaron sus huellas. Muchos años después comenzaron a dejar testimonios escritos. Entraban en la Historia…

Los primeros testimonios escritos se pueden remontar a tres o cuatro mil años a. C. La tierra de Mesopotamia entre los ríos Tigris  Éufrates, en Egipto, el Nilo con sus papiros y en China hablan de la manera que tuvo el hombre de comunicarse ya no solo de palabra sino por escrito.

Los sumerios habitan al sur de Mesopotamia. Sumerios y Acadios. Nínive al norte, guerrero (parecen que no han olvidado las raíces) y Babilonia al sur (la de los jardines colgantes). Estaban a más de mil seiscientos kilómetros de Egipto. Allí apareció en Código de Amurabí. El primer código de leyes escritas…

Hay quien opina que el Poema de Gilgamesh, personaje lejendario de la mitología sumeria, en once tablillas de barro antes del 2000 a. C, en escritura cuneiforme puede ser el primer documento. Da igual. Quiero resaltar que no hace tanto tiempo…

Rota la barrera, las técnicas avanzaron y pasaron por diferentes soportes; papiros, cueros, pergaminos y ¡llegó el papel! En China. Se fabricaba con residuos de tela, bambú, cáñamo, seda, arroz o algodón. Un tiempo después en el siglo II lo perfeccionó un cortesano  Ts’ain. ¿A que no conocen que en ningún pueblo le hayan puesto su nombre a una calle?

Hacia 1440 Juan de Gutenber, crea la imprenta con caracteres móviles. No se sabe con exactitud cuando se iniciaron los trabajos de impresión  en las planchas fijas que tenían un solo uso. Ya no solo se abarataban los costes porque no era necesario la destrucción de la plancha sino la reubicación de lo caracteres. Era el fin de los monjes amanuenses copiando pergaminos.

La imprenta desde del siglo XV hasta hoy -aparecen ahora las nuevas tecnologías digitales- ha sido el pilar sostenedor de la cultura. No concebimos la vida si libros. Eso de abrir un libro y percibir su olor tiene su precio en oro.

Hoy, san Jorge, recordamos a grandes escritores. Cervantes, Shakespeare, Garcilaso o mi admirado José Pla (coincidencia de sus muertes). El primer Quijote lo compré a Sebastián, Imprenta Lería, 16 pesetas, editorial Austral… Este mes ‘han entrado’ cuatro libros a mi casa: Con la gente y en los lugares de Málaga. Ediciones del Genal; Arroz y tartana. Blasco Ibáñez, Alianza Editorial; Carlos Eire, Miami y mis mil muertes,  Free Press, y Nieve en la Habana, Vintage Español… Libros. 23 de abril, San Jorge, ¡ah! y una rosa, muchas rosas. Todas las rosas.

 

 

 

 

 

 

lunes, 22 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jardines nuestros

 

 


 Pérgola, Jardín de la Concepción. Málaga

                                  

 

22 de abril, lunes. Málaga tiene tres jardines: El Retiro, La Concepción y el Parque. Sin entrar en chauvismo pueblerino son tres jardines que no envidian en belleza, paz y armonía a ningunos otros que uno puede encontrase en su vagabundeo por España.

Sin movernos del entorno de la capital. Esa ciudad recostada al borde del Mediterráneo por donde nos llegó tanto, ofrece en su interior, casi a la orilla del mar,  de hecho, fueron terrenos ganados al mar, el Parque de quien el maestro Alcánatara escribió: “ramas de brazos cruzados, estaba el puerto tan cerca / que soltó amarras el campo…” En sus lindes: La Concepción y el Retiro. Alguien dijo – y no exageró – que los tres encierran la séptima parte de los jardines más importantes de España.



Jardines de la Cónsula. Churriana (Málaga)


Pero no queda ahí la cosa. Hay dos jardines más. Quizá menos conocidos. Solo un escalón más abajo: San José muy cerca de la Concepción (no hay más que cruzar la carretera y ahora se hace por un subterráneo o subiendo hasta el pantano del Agujero); y la Cónsula, muy cerca del Retiro, en Churriana, al otro lado del Guadalhorce. Encierran tanta belleza que hacen la delicia de los espíritus dotados de la sensibilidad suficiente como para estallar de gozo. ¿Y esto estaba aquí y yo sin enterarme?


Jardines de Puerta Oscura. Málaga


No queda ahí la cosa. Hay jardines menores dispersos por la capital. ¿No me creen? Tomen nota: Los jardines de la Alcazaba, arriba Gibralfaro; abajo la Coracha, ese pasadizo que llevaba al mar; en medio, el palacio mitad fortaleza, mitad residencia. Mirtos, granados, higueras, naranjos de ahazar en abril… Los jardines de los alrededores de la Catedral entre calle Cañón y calle Císter donde estaba el convento donde profesaron las hijas de Pedro de Mena y él puso su taller enfrente, en calle Afligidos para estar en su cercanía… Dos bustos recuerdan al imaginero y a don José Gálvez Ginachero; Puerta Oscura. Estoy buscando una rosa, la rosa del mes de abril Y al verla ponerse como una amapola...” Rafael de León puso la letra; Quintero y Quiroga, la música ¡Qué grandes eran los tres! Los Jardines de Picasso o La Aurora como se llamaron antiguamente.

Hay otros, el del Cementerio Inglés donde me llevé el susto de mi vida. Buscaba unos rosales. Desde uno de los pasajes me salió un pastor alemán. Se me venía de frente. Me eché a sudar… Después resultó ser un animal dócil. El susto, morrocotudo. No he vuelto a ir por allí…

 

domingo, 21 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Málaga, crisol de pueblos


                                     


                                  Ruinas de las termas romanas de Canca (Álora)

 

21 de abril, domingo. El crisol es el recipiente de material refractario donde se prueban los metales a temperaturas muy elevas. Todos se funden en él; el oro, no. El crisol es también una metáfora que empleamos para decir que en él se han fundido las culturas de todos los tiempos.

Málaga es un crisol de culturas. Primero, fenicios. Vinieron de tierras lejanas; del extremo del mar donde el Mediterráneo besa las tierras de Asia. Fenicia – de ahí su apellido de identificación –. Terrero quebrado, de valles separados por montañas y de difícil comunicación entre ellos, pero con fácil salida al mar. Sus ciudades, Biblos, Tiro y Sidón… Las excavaciones en la desembocadura del Guadalhorce dicen mucho de quienes eran.

Luego, un pueblo de lucha, cartagineses, ellos; Cartago, su tierra. Se las andaban a la greña con los romanos. Se ‘querían’ tanto que en Senado de Roma alguien proclamó: “Cartago, delenda est”, o sea Cartago debe ser borrada del mapa… Su ubicación, en lo que hoy ocupa Túnez. Tres guerras, llamadas Púnicas y, al final, la destrucción de Cartago a manos de Roma.

Roma vino por mar y por tierra. Asentados aquí subieron por el Guadalhorce con pequeñas embarcaciones. Dejaron casas de recreo y labor, además de vestigios muy importantes en Cártama; fundaron Iluro; unos baños, en Canca; subieron, río arriba, hasta Villa Pompilia en las cercanías de El Chorro, después de dejar en el subsuelo del Cerro de las Torres, los cimientos de Álora.

Los judíos, hábiles comerciantes, movían el dinero como nadie. Dejaron una ciudadela incrustada en la medina árabe. No sabemos quiénes llegaron antes, o si arribaron casi al mismo tiempo. En el mundo de la cultura, resuenan los versos de Ibn Gabirol. Algo parecido ocurrió con los bizantinos. Su punto de origen, Bizancio, en la península de Anatolia. Hoy, la conocemos por Constantinopla.

Dejó escrito don Manuel Machado que era como los árabes que a su tierra vinieron que todo lo ganaron y todo lo perdieron y agregó que su alma tenía mucho jazmines y nardos. Nos legaron los zéjeles y monumentos en piedra: la Alcazaba, Gibralfaro, baños, topónimos, costumbres, maneras de entender la vida. Fueron los últimos en llegar; los últimos obligados a irse. Hurgar en la tierra de Málaga es reencontrarnos con muchísimas de las cosas que nos dejaron e incluso saber que hay quien busca enterrado algún tesoro “del tiempo de los moros” sin saber que el gran tesoro se llamó al-Andalus en la que Málaga brilló con luz propia.

sábado, 20 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


 

                            

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Con la gente...


                       


 

20 de abril, sábado. Es el comienzo de una de las partes – título y obra – del último libro Ed. del Genal, que acaba de presentar Salvador Pendón Muñoz; la otra: y en los lugares de Málaga. Es un libro especial, distinto, diferente.

Cuando lo he ido escudriñando a mí se me ha antojado como un atlas de la vida política de Salvador. Este hombre se define así mismo “como un maestro de escuela”. Y, obviamente, siendo el mejor título que a uno pueden darle, Salvador es, además, un experto verdialero, un conocedor del flamenco y un escritor profundo que siempre sorprende.

Durante unos años se ha dedicado a la política. Municipal, primero, desde el municipio de Ardales; en la Diputación (2007-2011), después. Salvador ha sido eso - ¿es que acaso ha dejado de serlo? – un político de a pie. Yo tenía entendido que las Diputaciones se crearon para dar servicio a los pueblos de menos de veinte mil habitantes. En él se ha cumplido. Nadie conoce mejor el problema del pueblo pequeño que quien vive en él adonde regresa cada noche, aunque el agua sea “inodora, incolora e insípida” en el Rincón de la Victoria, en Málaga o en Ronda. Creo que se me entiende.

En esta su última obra hace un repaso a la labor realizada en educación, equipamientos culturales, deportivos, sociales para mayores, medio ambiente, espacios públicos encuentros y cuando no esas visitas que siempre suponen un acontecimiento cuando llega la primera autoridad provincial. Un antiguo alumno a quien yo quiero mucho y que ocupó un puesto de responsabilidad me solía decir respecto a las visitas de las autoridades: “que vengan, que vengan muchas veces que siempre algo le sacamos”.

En este caso no era necesaria la visita. Me consta que si no solucionó algunos problemas fue por simple y pura imposibilidad. Salvador ha abierto el mapa de la provincia de Málaga a los malagueños. Hacer un listado, imposible. Una pregunta. ¿Cuántos malagueños ha visitado algunos de los pueblos que inserto a continuación? Alfarnate, Algatoción, Afarnatejo, Algarrobo, Almáchar, Macharaviaya, Iznate, Serrato, Totalán o Cuevas del Becerro… ¿para qué seguir? Se dice que ha sido el presidente de Diputación que más pueblos ha visitado.

Casi al abrir el libro, me encuentro con la reseña de colaboración a las Semanas de Cultura Andaluza del colegio Los Llanos que siempre nos brindó -¡y de qué manera! - desde Diputación (otras veces gestionadas por otros grupos políticos también contamos con ellas). Gracias presidente, por la labor de entonces, por el libro de ahora, y por  los que vengan…

viernes, 19 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pasa la vida

 

                                                


19 de abril, viernes. Dentro de unos días se cumplen 545 años de la muerte de Jorge Manrique el 24 de abril de 1479, frente al castillo de Garcimuñoz (Cuenca), uno de los poetas más grandes de la literatura española

Hay contradicción con el lugar de nacimiento. Según unos, en Paredes de Navas (Palencia). Según otros, en Segura de la Sierra (Jaén). Su padre Rodrigo Manrique era un altísimo poder de la Orden de Santiago y propietario de Paredes. Hay algo más. También era frontero mayor del Señorío de Segura con residencia en Segura de la Sierra; su madre, Mencía de Figueroa, prima del marqués de Santillana, natural de Beas de Segura. Ustedes, mismos.

Jorge Manrique pasó a la historia de la literatura, por un poema: Coplas por la muerte de su padre. El poema, con cuarenta coplas de pie quebrado dice tanto, a pesar de que él muere con treinta y nueve años, que casi pone el punto final. Divide a la vida en tres partes: la humana y mortal, la de la fama y la eterna que no tiene fin.

Compara la vida con los ríos: “Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar, / que es morir…” Lo clavó. Cuando uno ve de cerca el dolor de los demás, en esa lucha sórdida, a brazo partido por la supervivencia, apoyados en esos ángeles de los que desconocemos sus nombres, pero son unos remeros excepcionales, uno, les digo, entiende mejor, a Jorge Manrique y a otras muchas cosas…

Mi amiga Pilar ha puesto esta mañana una foto excepcional. Es el río, el gran río nuestro, el Río Grande, el de siempre. Ese que nace entre Pozo y Cazorla, cerca de Segura de la Sierra ¿pensaría Jorge Manrique en él cuando escribió lo que nos dejó dicho en las cuarenta coplas de pie quebrado? El Guadalquivir que pasa por Coria y por la Puebla (ella dice que lleva magia; yo, lo digo también), se abre paso por la bruma matinal; enfrente, como cada día nace la luz. Un bosque de vegetación de ribera se asoma a ver cómo va el agua camino de Sanlúcar…

Me acuerdo, ahora, de aquella canción de Romero Sanjuan que nos decía que pasa la vida. Y nos hablaba de amor y desengaños, de tiempo perdido, de cariños que fueron, de una corriente que todo, poco a poco, con la lentitud que lleva el río en la foto de esta mañana lo va llevando al mar… que es el morir.

jueves, 18 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ulises Macauley

 

 


                                                                                                          Gracias

 

18 de abril, jueves. Homero Mauley era un muchacho que repartía telegramas a las órdenes de Mr. Grogan en Íthaca (California). Tenía un hermano mayor, Marcos, que estaba en una guerra que los hombres habían desencadenado en un lugar muy lejano que se llamaba Europa.

Homero tenía, también un hermano menor, Ulises. Un día ocurrió algo asombroso. Ulises observaba con atención a las tuzas que sacaban barro del hormiguero. Entonces, en la lejanía de los campos de Íthaca (Cafornia), apareció un tren de carga.

La locomotora empujaba por la chimenea una columna de humo al cielo.  Se expandía por cielo azul. Ulises corrió hasta llegar al paso a nivel por donde pasaba el tren. Ulises saludo al maquinista que no devolvió el saludo. En la jardinera del vagón de cola iba un hombre negro a quien Ulises saludó y le devolvió el saludo.

El hombre negro cantaba una canción que decía “Vuelvo a casa, chico vuelvo a casa…” Obviamente, yo no soy Ulises ni veo transitar por el paso a nivel ningún tren. Doce días de estancia hospitalaria como acompañante me han dicho que hombres y mujeres de raza blanca devuelven el saludo y una sonrisa y ofrecen una profesionalidad que algunos pretenden pagar – encima, malamente – con dinero.

Son profesionales, hombres y mujeres entregados a una profesión que tiene más, mucho más de vocación que de reconocimiento de una sociedad que en ocasiones no devuelve el saludo. Es más, puede que hasta los mire con indiferencia…

Ulises, cuando pasó el tren, volvió a su casa saltando a la pata coja. Yo he vuelto a casa, de ‘taxista’ y he visto la satisfacción de mi mujer cuando ha traspasado el umbral de la puerta que devuelve a su casa. Como el hombre negro, hemos vuelto a nuestro hogar con un bagaje de agradecimiento hacia personas de las que no conozco ni siquiera sus nombres pero que me han hecho, - nos hecho sentir – la belleza de la vida en un mundo de dolor y sufrimiento.

El Hospital Clínico Universitario de Málaga, está a la salida de la ciudad. Miles de coches transitan por sus alrededores. No sé el número, pero sé que muchos hombres y mujeres, en este caso en el Departamento de Medicina interna, cada uno en su misión, consiguen que muchos, como ha sido nuestro caso, tengamos la satisfacción enorme de volver a nuestra casa.

Otra parte corresponde a Quien siembra margaritas a orillas de los caminos sin que nadie lo vea y uno, desde aquí, también le da las gracias. El hombre que me enseñó a conocer a William  Saroyan, esta tarde presenta un libro en Antequera, su pueblo, yo debería estar allí, pero por arte de birlibirloque…

jueves, 4 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Faúco ( In Me moriam)

 




Ayer, Felipe Aranda, publicó una foto de Rafael, “el Faúco”. Me vino a la mente un artículo que escribí a raíz de su muerte. Lo busqué fue, el 17 de octubre de 2014. Me ha parecido oportuno recordarlo…

 

5 de abril, viernes. Tenía la pinta de personaje que pululaba por canceles de iglesias del siglo de Oro. Pudo vivir en la Sevilla de aquel tiempo, cerca de la Puerta de la Carne o en el Arenal, o junto a aquellos muchachos que se las buscaban en la estiba de los barcos que iban o venían de América.

El Faúco era un personaje con cierto parecido a los que Cervantes llevó a los papeles. Tampoco habría desteñido - porque tenía clase - en la Sevilla espléndida y palaciega de abundancia, de dulces y sopa de convento, de campanas de maitines y rezos de madrugada. Singular, único, un modelo de pilluelo en un cuadro de Murillo…

En los días de invierno se metía dentro de un sarape y deambulaba por la calle. Siempre tenía el acento, la palabra y la postura reverencial del muchacho que estaba uno, o dos, o más peldaños por encima de los que se suponía que podría tener en el bagaje cultural que encerraba dentro de una barba mal afeitada y de un pelo largo y lacio.

Rafael, - su nombre -, tuvo una madre, Juana, que, desde muy niño, siempre trabajó para él. Le amasó un pequeño caudal. Vivió de las rentas hasta que las malas cabezas, las junteras, ¡ya se sabe!, y ese devenir que a todos nos marca en la vida desde el momento que vemos la primera luz lo llevó a un final ni soñado ni, por supuesto, deseado. Entonces, comenzó a trabajar de camarero, de paleta, de peón…

El Faúco era el creador de su propia filosofía parda. Según Rafael, había tres cosas en la vida que no servían para nada A saber: el mañana, la luna y llover en la mar. Y los razonaba. Si no vivo, ¿para qué quiero el día de mañana?; si el “lorenzo” no alumbra, la luna no existe; ¿no tiene el mar suficiente agua para que, encima, le llueva? Entrañable Rafael, seguro que tú tienes un lugar donde van los elegidos, un abrazo.

 

miércoles, 3 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Zulla

 


4 de abril, jueves. El María Moliner, entre otras acepciones, la cataloga como “planta leguminosa”; el Julio Casares dice que es – además, de otras – “Planta herbácea, vivaz, de las leguminosas, que sirve de pasto para el ganado.

Me documento. Según la Universidad Pública de Navarra es una planta perenne de hasta 60 cm de altura. Sus hojas compuestas, imparipinnadas, con 3-5 folíolos oboviados o elítpticos. Inflorescencia en racimo con numerosas flores. Fruto en legumbre loméntacea aplanada y recta… Hasta aquí, como que no, y me quedo igual, pero si lo dicen los que saben, pues eso…

Es originaria de la Cuenca Mediterránea occidental. Como cultivo se ha extendido a países como Australia, India y Brasil. En la Península Ibérica se cultiva en Cádiz, Málaga, Huelva y en las Islas Baleares. Esto, ya aclara algo más ¿a qué sí?…

Y ustedes dirán ¿Y a qué viene toda esta monserga? Me aclaro. En un comentario al artículo “Mañanita de abril” mi amiga Paquita Márquez a la que hace un montón, pero que un montón muy grande de años que no veo, escribió: “Dentro de un mes, veremos el campo tapizado de color parecido a la magenta y será la zulla, la que haga su aparición…”

Y como yo soy muy preguntón – que es la amanera enterarse uno y de aprender – le escribí “Muy buenas. Perdona mi ignorancia. ¿Qué es la zulla?

Y, entonces, ella con la paciencia franciscana  - a lo mejor es porque lleva su nombre, o porque su padre era amigo del mío, o porque era un curso superior… o,  por lo buenísima persona que es, en un lugar de mandarme al diccionario que por otro lado era lo lógico y no suponía ningún disparate, se armó de paciencia y me dijo:

“Es una planta silvestre, que da una flor de color precioso (como fucsia oscuro o también tirando a magenta). Sale por mayo y el campo parece una alfombra de tulipas que salen las flores… alguna vez las corté para decorar…”

Y agregó más. “En los campos cercanos a Barbate o a Medina Sidonia se ven extensiones con ese color bonito, desde la carretera…” Y no dejó ahí la cosa: “Es una planta, - siguió escribiendo - de las denominadas pratense o forrajera. El ganado de Las vegas de Huervacar, está deseando que llegue este tiempo, porque cuando está la zulla, verde y con flor, se la comen de maravilla. Después se seca y se vuelve leñosa.

Y concluyó: “Pensándolo bien, en los campos Álora, quizás no la viera; pero ya me he acostumbrado tanto, a otros paisajes”.Gracias, amiga, Álora, tu pueblo y el mío, ahora huele a azahar y tienen tramas nuevas los olivos y el campo, también, está ahíto de flores…

 

 

martes, 2 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mañanita de abril

 


3 de abril, miércoles. No sé si estas son las mañanitas que dicen que cantaba el rey David.

A mí se me antoja abril como esas imágenes donde se para el tiempo por un momento. Verán. Un muchacho vestido de luces se arrodilla, solo, ante la puerta de chiqueros. Suenan clarines. El torilero descorre el cerrojo. Huy un silencio expectante en la plaza. Y de pronto, aparece, desde la oscuridad, el toro. Y surge un clamor. Se rompe el aire….

Abril es algo así. De pronto la mañana aparta la oscuridad de la noche. Apareció, primero, como un resplandor tenue en el horizonte. Luego, fue a más y entonces comenzó a romper el campo, como solo sabe hacerlo, como solo puede hacerlo el campo cuando la mano de Dios dice: “ahí os dejo eso”.

Y comenzó la sinfonía de pájaros en el río. Los álamos blancos ya están vestidos de hojas nuevas. Rebrotan los granados y los ciruelos. Están con hojas nuevas las higueras y las moreras. Tienen un manto de esperanza los almeces…. Es abril. Hay florecillas en los bordes del camino. En un charco recogen semicorcheas de barro las golondrinas y se las llevan para hacer el nido en las vigas del cobertizo. ¡Es abril!...

Rafael de León nos contó lo de la niña de Peñaflor y el mocito moreno y lo de lo de los cuarenta de ella y los veintidós de él, y la mantilla y… ¡Era abril!

Me acuerdo, también, de los versos Juan Ramón que hablaban del chamariz en el chopo y del cielo azul en el agua y “la hojita nueva en la rosa. ¿Y qué más? / La rosa en mi corazón. / ¿Y qué más? / ¡Mi corazón en el tuyo¡!”

Es abril…

lunes, 1 de abril de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mariposas blancas



2 de abril, martes. Los membrillos se han vestido de mariposas blancas. Alas de nácar sobre las hojas tiernas. Como con un espurreo de copos de nieve los membrillos han amanecido blancos. Al principio pensé que eran gotas de la lluvia caída durante la madrugada. Podría haber sido, pero no, no era eso.

Los membrillos están en flor. A fin de verano serán carne de dulzor en los peroles, pero, ahora, la primavera revienta por todo el campo. Los azahares - limoneros y naranjos -ponen la nota sensual del perfume; las flores, colorido a las veredas; las yerbas ribetes a los caminos, a los bordes de la carretera, y los pájaros… ¿qué les digo de los pájaros? Cuando raya la luz del alba, la sinfonía es total y, luego, se van a sus menesteres.

A media mañana carean, en los manchones, las cabras. Se pierden sones lejanos de cencerras. Ladra un perro… ¿A dónde se habrán ido los “chamarines”, jilgueros y verderones…? Zurean las tórtolas, esas tórtolas turcas que lo han invadido todo. Sube, del mar, una brisa de levante, y un murmullo de hojas titilan gozosas en anuncio de savia nueva y de vida que corre por todo el campo. La lluvia reciente ha extendido un manto verde y las lomas han cambiado el ocre de la tierra por sembrados salpicados de amapolas.

Acaricia el viento el trigo que se sembró en las lomas “Arando en un peñascal / se me perdió la besana / ¿adónde la vine a encontrar? / debajo de tu ventana”, decía la copla. Ya no quedan gañanes que, con la mano en la mancera del arado, canten en los sucos de las besanas, pero sí quedan mariposas blancas, alas de nácar, que esta mañana, como en un espurreo, han vestido los membrillos del borde de la alberca de copos blancos.

domingo, 31 de marzo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Donde cominza Aragón


 


                           Cordillera Ibérica. El Moncayo


1 de abril, lunes. Estoy sentado en mi casa rodeado de libros. Fuera llueve. Dicen que es el coletazo de la borrasca que ha hecho “sus” desfiles procesionales la Semana Santa que acaba hoy. No cantan los pájaros en los bordes la huerta ni, aún huele a primavera. Parece final de invierno…

No sé por qué se me ha venido a la mente un día de paseo solitario por Tarazona. Llegué, desde Tudela, después de andar perdido por campos de soledad. No había nadie a quien preguntar; ni un pastor, ni un hombre que laborase la tierra. Nadie

Llegué a Tarazona a media mañana; el río Queiles parte la ciudad. Me asombra el mudéjar. Estoy en una ciudad artística, encrucijada de caminos. Hace años que le suprimieron el tren. (Tuvo dos estaciones). Las vegas, fértiles; el Moncayo, en la lejanía…

El Moncayo o lo que lo mismo ese lugar donde termina la vieja Castilla la Vieja y arranca Aragón, estaba limpios de  nubes. Veía con nitidez la cumbre blanca…

Anduve por la ciudad. Sin rumbo. No iba a ninguna parte, pero iba a todos sitios; deambulo por las calles. Tengo la mala costumbre de comprar libros por los lugares que visito. Hasta en tres librerías traspaso sus puertas. Están en la calle Visconti, en el Paseo de la Constitución  y en Fueros de Aragón. En las tres pregunto por lo mismo. ¿Qué tienen de Bécquer? En las tres, la respuesta, idéntica: nada. (Yo tenía la vana presunción de encontrar una edición facsímil o algo parecido de Cartas desde mi celda donde Bécquer describe el Moncayo  y, luego, fardar con los amigos del hallazgo…)

Callejeo: Virgen del Río, Recodos, Martínez Soria, Judería, Traición… En Tarazona, el mudéjar se sale a la calle. Casas  y muros de ladrillos; yeserías en las cornisas, tejas rojizas, verdes, azuladas. Maderas, arcos ciegos…

A media tarde me eché al camino. Por Vera de Moncayo, a la derecha, llego a Veruela. Todo es soledad y silencio. El monasterio está cerrado. Tampoco tenía un interés especial en él pero sí en todo lo que le concierne. Me senté junto a la Cruz de Piedra donde cada tarde Bécquer – herido de tisis y de amor - esperaba el correo que le traía los periódicos de Madrid… Pienso. Le doy  demasiadas vueltas. Me quedo sin muchas respuestas.

El paraje, único, excepcional. La vegetación se cierra monte arriba: encinas, coscojas, robles, pinos, hayas, abedules; sabinas rastreras, retamares... Abajo, Aragón; más allá, Castilla; al otro lado, Navarra y La Rioja… Un poco más allá se acaba Castilla; aquí comienza Aragón.

sábado, 30 de marzo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Domingo de Resurreción (Especial Semana Santa y X)

 


 

31 de marzo, Domingo de Resurrección. Ya cantan las alondras en las lomas de El Chopo y algún ruiseñor en las laderas del rio. Un resplandor tenue disipa tinieblas. Clarea el día. María Magdalena – el amor tiene cosas así – ha sido la primera en llegar. Se lo temía. Estaba segura. Se azora. Increpa al hortelano. “Si has sido tú, dime ¿dónde lo has puesto?”.

- María…

- Maestro.

Jesús ya no está en el sepulcro. En palabras de San Pablo a los corintios, el pueblo de las llanuras de Acaya al sur de Macedonia: “sin la resurrección de Cristo vana es nuestra fe”.  Alfa y Omega; principio y fin. Cristo, ayer y hoy.

Tiene el Resucitado en nuestra tierra la majestad y el dolor de un Cristo que ya no es yacente. Resucitar no es revestirse para ser entregado de nuevo al carrusel de la vida cotidiana ni al rojo carnaval de la existencia de cada día. Escuchad. Se levanta una brisa, el Espíritu de Dios sobre los campos, sobre los trigos salpicados de amapolas. Alfa y Omega, principio y fin. Ya todo es distinto.  En el embarcadero de cada vida hay, desde esa misma mañana que superó a la noche, una barca amarrada. Es la barca de la fe…

Álora no despierta ya al Domingo de Resurrección con cordadas de latas viejas que forman ruido por las calles y almireces en los balcones. Lo hace, ahora porque cambian los tiempos, al son de trompetas y tambores. Sones de música alegre en este tiempo que la fiesta lo requiere. Acompañado de la misma chiquillería que hace más de dos mil años, un puñado de años, y siete días más, cantó: “Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor”, aunque vestidos con túnicas, escapularios y enseres de sus propias cofradías, Jesús resucitado recorre las calles de Álora.

Afirma el dicho popular que para llegar al Domingo de Resurrección hay que pasar por el Viernes Santo. Se han consumido etapas. Hay cantos de pajarillos nuevos. Nuestro pueblo se viste de flores, nuestras calles se llenan con aromas densos y profundos y desde el río sube, en las noches de abril, que se estrena, ese algo especial que lo hace distinto porque de ¡Pascua Florida! Felices Pascuas. Aleluya, aleluya…

 

Pd. Escribo este la relato especial que pone fin a los Especiales de Semana Santa bajo un cielo entolado y lluvioso. ¿Qué puede pasar? “No se haga mi voluntad sino la tuya”.

 

 

 

 

jueves, 28 de marzo de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nuestra rosa de cada día

 


Viernes Santo (Especial Semana Santa IX)

 


           Despedía. Mañana del Viernes Santo


29 de marzo, Viernes Santo. Desde muy temprano (casi amanece) las trompetas legionarias del Viernes Santo despiertan a los que anoche consiguieron conciliar algo de sueño. Después, el trasiego, forasteros que acuden y foráneos que vuelven. Niños en los hombros y sudores en el alma… Jesús y Dolores entre el gentío que se entreabre solo lo justo para dejarles paso…

De morado y rojo acude a la “Despedía” Jesús Nazareno de las Torres…

De Legión y oro, la Virgen.

Todo, absolutamente todo, es discrepancia. Todo se cuestiona. ¿Llueve? ¿Hace calor? ¿Se retrasan? Y por encima de todo, el “ganador”. Probablemente sea el culmen de la exteriorización de la Semana Santa. Sin lugar a dudas uno de los espectáculos más singulares que pueden celebrarse y a donde el pueblo dividido en dos mitades – benévolo y complaciente para todo lo propio y censor inmisericorde contra todo lo rival - acude como si de una llamada totémica se tratase…

Por faltar, no fala casi nadie. Los que se subieron a los tejados para verlo todo mejor, pueden hacer realidad aquello de que la fe “es dar un salto al vacío”.

Después, el delirio. Se acercan. Abajo. Arriba. Avanzan. Otra vez de rodillas. Arriba. ¿Quién se levantó primero? La polémica…

Calle Ancha arriba, en volandas, sobre hombros jóvenes de España, Jesús vuelve a las Torres y María Santísima de los Dolores, entre el cariño de todos, como cada mediodía de Viernes Santo, a su templo.

En la noche cerrada del Viernes Santo, Alora, es otra. Cambia por completo. Alguien que por la mañana vivió los momentos de exteriorización tiene dificultad para comprender cómo se transforma un pueblo. Todo es oscuridad, recogimiento, silencio.

María con el cuerpo de Jesús muerto sale de la Vera Cruz. La Piedad o el Silencio. Decía el maestro Alcántara. “Podemos hablar distintas lenguas, pero todos hablamos el mismo silencio”. Vendrá luego sobre un catafalco, Jesús Muerto. ¿Por qué los grandes secretos se pregonan en silencio? Amor, entrega, sacrificio, renuncia a uno mismo…

Con el nombre de Virgen de las Ánimas evocamos a una virgen austera y pobre. En la noche del Viernes Santo baja desde la vieja capilla de las Torres. ¡Qué nombre más acorde! ¡Qué comunión entre mensaje y mensajera…!

Pocas procesiones irán cargadas de tanto dolor como la Soledad. María lleva el suyo propio; el pueblo, el acumulado durante todo el año. Se alumbra a la Solead por promesa, por agradecimiento a la intersección, o por la caridad de acompañar a María en tránsito tan sublime. “La Virgen subió al cielo / a cambiar su manto azul / por uno de seda negro / para el luto de “Jesús

Escribo bajo un cielo entoldado… Casi todo puede ser más o menos así.  Dicen que puede llover. “No se haga mi voluntad, sino la tuya”.