miércoles, 20 de mayo de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Matar a los ruiseñores

Estoy sentado y veo cómo se va la tarde. Es una tarde revuelta de primavera. No es una tarde cualquiera. Sierra de Aguas se ha coronado de nubes de tormenta. Es un cielo gris, feo, oscuro. Por entre los claros aparecen los últimos rayos de sol que apuran lo que queda de día.

Las tardes que presagian tormentas se echan un mantoncillo especial sobre sus hombros. Todo el campo parece erizado como quien espera que pase algo que no llega pero que puede pasar. Las tormentas de primavera vienen con granizo, con goterones fuertes, con vientos racheados… No sé dónde se han metido esta tarde los pájaros.

Hace un rato las golondrinas estaban en una regata de nubes y vientos. Arrancaban y se frenaban en seco. Un mirlo voló como vuelan los mirlos con un vuelo corto y desconfiado y se posó unos metros solo un poco más lejos; no había tórtolas arrullando en los álamos del río.

El viento agita las copas de los árboles. Se bambolean los cipreses y las cañas  del borde de la acequia entonan un rumor sordo que va y viene. Todas las hojas de los chopos son un tintineo permanente.

Ha pasado un tren. Es un tren de los que cubren la media distancia de Málaga a Sevilla. Cuando el tren llegue a la orilla del Guadalquivir ya estará soñando la Giralda con  las carretas que se fueron por la orilla del río camino de la Marisma. Las carretas que no son las que cantaba Juan Ramón estarán acurrucadas en las sombras de la noche.

Cuando el tren llegue a Sevilla estarán a dormivelas las jacarandás. Esperan un nuevo día y pondrán de lila el cielo y, dentro de un rato podrían tocar a maitines, como lo hacían en otro tiempo, las campanas de los conventos.

La radio del coche me trae al suelo. Se debate entre la vida y la muerte la muchacha turca que quería ser cantante. Cada año, dice la voz del locutor, en Turquía mueren sobre trescientas mujeres por culpa de la violencia machista; este año, ya se acerca a las cien. ¡Dios mío qué fácil es matar a los ruiseñores!

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