jueves, 14 de mayo de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Cristo de la Buena Muerte

 Dicen que nadie en el Tercio sabía quién era aquel legionario; el Cristo de la Buena Muerte, sí. Dicen, que nadie sabia su historia; el Cristo de la Buena Muerte, sí.

Dicen, que aquel hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera, se fue a los brazos del Cristo -  de su Cristo - y se durmió como quien reposa la cabeza en el último suspiro y allí se quedó porque sin saberlo él, el Cristo de la Buena Muerte lo esperaba desde no sabía él cuando, en Santo Domingo. Y dicen y dicen….

Los papeles viejos cuentan que era allá por el XVI, en 1579 cuando se funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. Procesión severa y seria. Salen en Viernes Santo. La orden dominica, en el corazón perchelero le cede los terrenos necesarios para capilla y panteón… Nacía - años después junto al Cristo de la Buena Muerte - una Congregación, Santo y Seña de la Semana Santa de Málaga.

No se sabe cuándo se produce el entronque de Pedro de Mena con la Congregación. El imaginero nació en un agosto granadino y murió en un otoño malagueño del siglo XVII. No importa ni el día ni el año. Los papeles lo dicen pero ¿qué más da? De Granada se trajo el misticismo y de Málaga tomó la brisa que venía del mar y todo quedó marcado en su obra.

Se instaló en calle Afligidos para ‘estar cerca de sus hijas’ profesas en la Abadía del Cister, en frente, y junto a la Catedral donde dejó una de sus obras maestras en el Coro. Después vinieron otras: María Magdalena, Ecce Homo, San Francisco de Asís…. Y el Cristo.

Una aciaga noche – de mayo - a muchos hombres se les cambiaron los cables. Era 1931. El fuego devora Santo Domingo y muchos templos más de Málaga… Entre otras obras desaparecidas, el Cristo de la Buena Muerte…. Legión, Buena Muerte, Santo Domingo, Perchel y Mena… y España sin entenderse. Papeles, muchos papeles dicen eso y más cosas.

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