viernes, 29 de enero de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Estamos a tiempo

 

 

                                    


 

Las imágenes hablan solas. Ambulancias estacionadas en las puertas de los hospitales – las sirenas luminosas son aún más llamativas y escandalosas con la oscuridad de la noche -  esperan que se libere una cama. No hace falta aclarar cómo se quedan libres las camas en los hospitales. ‘Dejan’ la carga y después  se acercan hasta el domicilio de otro enfermo. Nuevo servicio de ida y vuelta.

Pongamos que hablamos de Portugal. ( En la mente, Navidad y recientes elecciones…. ¡En todos sitios cuecen habas!) Dicen, que están a tope. Ya no pueden más. Desbordados, no pueden atender a tanta demanda. Enfermos que piden socorro porque en ello les va la vida. Una demora puede ser tarde y no servir para nada el viaje hasta el hospital.

La televisión ha informado que han tomado la decisión de cerrar las fronteras con España para evitar el tránsito de personas y, en cierto modo, controlar, en la medida de lo posible, los contagios de la gente que van o vienen desde el país hermano. Tiene que quedar muy clarito que Portugal es un país hermano, algo más que ‘vecino’.

No pueden más. Las imágenes y las informaciones son alarmantes. Dicen que no tienen oxígeno. Se asfixian porque el oxígeno es imprescindible para la vida.

Portugal tiene una extensión muy similar a Andalucía y un poco más de población. España está perdiendo una ocasión de oro para enviar oxígeno desde las ciudades fronterizas. Eso se llama solidaridad. (Alemania ha ido ya, de otra manera en su ayuda).

Las grandes ciudades portuguesa están en el Atlántico: Oporto, Coimbra, Lisboa, Setúbal, Sines… España tiene ciudades fronterizas con población superior a las portuguesas. Pienso en Vigo-Tuy, Ciudad Rodrigo-Salamanca, Badajoz,  Ayamonte-Huelva-Sevilla…

España tiene que tender la mano a la población hermana que vive al otro lado de la Raya y urge establecer una cadena de vehículos especializados llevando oxígeno hasta los hospitales, al menos, a las poblaciones cercanas a la frontera: Braganza, Miranda do Douro, Guarda, Castelo Branco, Elvas, Évora, Barrancos, Serpa,  Moura, Monsaraz, Vila Real de Santo Antonio…

Sé que los hospitales españoles están dando una prueba de sobreesfuerzo humano admirable. Encomiable. Sé que los sanitarios son lo mejor, que tiene la sociedad española… Sé, también, que puede que no logre expresar los sentimientos que me han empujado a escribir este artículo. ¡Estamos a tiempo!

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