miércoles, 20 de enero de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Explosión en Madrid

 

 



 

Humo, confusión. La gente corre. Suenan sirenas de ambulancias, de policías, de coches de bomberos. La gente pregunta. No hay respuesta. Unos quieren saber porque les acongoja la angustia; otros, por la curiosidad humana ante la magnitud de tragedia.

Una explosión, que en un principio dicen que puede ser a causa del gas – en un cadena de televisión dicen que revisaban la caldera - la causante de la tragedia. Heridos en calle. Los atienden los sanitarios. Hablan de fallecidos, desaparecidos…

Todo es una interrogación abierta. La tragedia, en el barrio de La Latina, calle Toledo, junto a la iglesia de la Paloma. A tiro de piedra de la Plaza Mayor. Una residencia de ancianos afectada gravemente, cascotes en el patio del colegio que está justo al lado…

Una tarde fría, casi helada después de unas jornadas complicadas por la reciente nevada, y lluviosa de Madrid, en la mitad de la cuesta de enero, el veinte, miércoles, día de San Sebastián, por más señas.

El edificio es un esqueleto de hormigón. Ha desaparecido la fachada. Cristales hecho añicos en los edificios cercanos. Dicen que ha afectado al, a la residencia de ancianos, a las dependencias donde vive el clero que atiende a la parroquia, y lo que es peor, a personas.

La noticia ha desplazado el canto de escorpiones de los políticos – de todos los pelos - arremetiendo unos contra otros. No descarto que dentro de un rato se vuelva a la monocorde canción que ya nos tiene hartos, muy hartos. Empachados y ahítos.

Dicen que estaban comiendo….Quien pasaba casualmente por la calle, quien había salido a comprar víveres al supermercado cercano, quien había dejado aparcado el coche en la calle “que está detrás”. Salen llamas. No cesan las sirenas. La explosión: “fortísima, el edificio parecía que temblada”, dice una voz entrecortada.

Tenía para hoy otro artículo. Ante esto, uno necesariamente tiene que pensar en la pequeñez del ser humano. Estamos desprotegidos ante la naturaleza, ante las epidemias, ante la imposibilidad de parar una tragedia, que en cualquier momento se desata, sin que se pueda hacer nada y cuando todavía no conocemos ni la causa ni el número de víctimas.



1 comentario:

  1. Encima de la noticia, querido Pepe. tienes alma de periodista. Enhorabuena.
    En Madrid, con razón, dirán que "ya está bien..."

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