martes, 29 de mayo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La vara de medir


La tienda de Victorino Blanco era la mejor tienda de tejidos del pueblo. Victorino había llegado, hacía mucho tiempo, desde  la Tierra de Cameros, el Camero Viejo, en La Rioja, cuando era tierra de Castilla. Era un hombre bajito, agradable de palabra y estricto en algunas cosas.

La tienda de Victorino tenía los tejidos colocados de manera oblicua en unas estanterías de madera. Con esa colocación ganaba en  profundidad  y espacio. Sobre el mostrador había varias varas de medir. Era un metro de madera que los dependientes usaban con destreza. “Deme usted, le pedían, tres cuartos y cinco centímetros de muselina blanca”. Y acertaban. Otras clientas, lo necesario para hacer una camisa de dormir, un pantalón… Los botones se compraban en casa de Mariquita Rengel, en la calle Cantarranas, que tenía el mejor surtido.

Victorino y sus dependientes usaban con una precisión inusitada para los niños profanos la vara de medir,  y luego, las tijeras que se desplazaban a la largo de la pieza de tela con una velocidad de asombro y llegaban justo hasta el filo donde debían llegar.

Hace unas noches el Real de Madrid - ¿ustedes, por un casual han escuchado algo?  – se ha proclamado Campeón de Europa y en sus vitrinas-museo alberga trece, además de otras de muchísimas competiciones.

 Pues a lo que iba. Noche de alegría para sus seguidores y va un nota y se descuelga con unas declaraciones. Ponen un punto de amargor entre los seguidores del equipo. Parece que el pollo quiere más dinero. (Más, de lo que oficialmente gana, dicen, que es muchísimo; de lo otro presuntamente, nada de nada).

Hay otro ‘artista’ que encima de tener moño de bonete y más lesiones acumuladas que hojillas un almanaque de los de antes , va  y dice algo parecido y que como no juega todos los domingos pues que quiere irse…

Naturalmente, los que toman decisiones en ese equipo – máquina de hacer dinero – jamás van a leer estas líneas. El cuerpo me pide que les apliquen la vara de medir y las tijeras, en sentido figurado, por supuesto, que usaba Victorino y, puerta, pero puerta grande y con un moñito el uno para el pelo de bonete, el otro para la nuez, porque el muchacho, además de nuez, tiene castaña…





No hay comentarios:

Publicar un comentario