miércoles, 2 de mayo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Flamenco, palabra viva



Salvador Pendón presentó hace unos días una joya de libro en la Casa de la Cultura de Álora. La obra se llama: “La palabra es mi camino”. Lo edita Diputación y lo conseguido por la recaudación  se destina a gente que lo necesita.

La obra es de esos libros que se leen con el regusto de la meditación. El autor ha querido dar un paseo por el mundo del flamenco. Da algún palito a lo advenedizo,  no dice todo lo que sabe, informa a los que no sabemos y deja con las ganas de quien una vez leído le sabe a poco.

Me he recreado en las letras del propio autor que aparecen en los distintos apartados del libro. Lo divide en dos partes Comienza “Con rima y compás”, un espectáculo, con  papel reivindicativo – en palabras del propio autor – del papel de la lírica en el flamenco. A pesar del silencio de haberlo ‘ignorado’ la prensa de Málaga, ha recorrido la provincia e incluso ha salido a tierras lejanas.

Continúa, en una segunda parte,  con “De la Málaga Cantaora”. Hace un repaso al elenco de cantaores que ha dado la tierra de Málaga al mundo del flamenco. Algunos – con muchos palitos en las ruedas – llegaron a primeras figuras a nivel nacional. Otros tuvieron más dificultades para salir de ámbito local. Recoge, en ese apartado, también,  a los que nacidos en otros lugares tenían aquí sitio propio.

El autor da cabida a “Diez mujeres”. Todas dijeron mucho en el mundo del flamenco. Todas no han tenido el reconocimiento de las voces masculinas. ¿Otros tiempos? Es difícil separar qué parte de culpa tiene el desarrollo de cada vida y qué  se debe a las circunstancias.

Está ilustrado por dibujos originales de pintores colaboradores y fotografías.  Aporta un CD con cante añejo. Concluye la obra con un capitulo de dicado a Paco de Lucía. “El más grande, sin errores”.

En la presentación el autor denunció que el flamenco no puede seguir viviendo de letras de hace doscientos años. No es suprimir todo lo pasado, llegó a decir, no. Es aportar savia nueva. El título es último verso de una soleá: “Los barros con que me hicieron / eran de viña y de olivo / cuando volver quiero a ellos / las palabra es mi camino”.




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