viernes, 27 de septiembre de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Un equipo con Barbeito y, Fernando de portero

          
Como todos los meses, -semana más, semana menos- esta vez el turno tocó en Agustín (Avenida Moliére, 25) donde la brisa del charco azul que llamamos Mediterráneo se salta el rebalaje y trae, como en la copla de cuando éramos jóvenes, ‘sapore di sale’…

Eduardo Rueda, que se las pinta para estas cosas, apostilló: hoy nos juntamos un equipo de categoría y con un gran portero: Fernando. Y el equipo, además, se ha reforzado, ¡y de qué manera…! con Antonio García Barbeito. Se trae Antonio ese bagaje de hombre sabio de campo; esa chispa electrizante y oportuna; la gracia que Dios le ha dado y ese saber precisar que, únicamente tiene, la gente que ha vivido mucho.

El maestro Barbeito juega con la palabra con la dulzura de quien acuna un niño pequeño y le canta una nana. Lleva la anécdota de la mano. La acaricia como quien lo hace con el terciopelo perfumado de una rosa de abril. Dice, da juego, abre a las bandas. Todo con la normalidad de quien siéndolo no se da importancia; de quien “trae la atmósfera del campo en los bolsillos” que decía él…

La primera vez que lo vi, subía las escalerillas de la Plaza del Médico Zamudio y me dijo, “yo vengo de Antonio García” y le contesté que aunque no quieras, el Barbeito, lo llevas puesto. Fernando - les unen amores sevillistas, a ambos dos, se ve que eso de la perfección…- lo conoce desde hace años; yo, desde hace menos, pero cuando un equipo se refuerza, así en la portería y en el centro del campo… No hay Muñiz que desbarate esto…

Está con nosotros, en su silencio, nuestro Paco - Paco Rengel -. Félix Rivadulla y  él decidieron hace casi veinte años que, cada mes, un grupo de amigos nos reuniríamos a hablar de nuestras cosas. Y, así, lo hacemos. A fuer de sinceros desde que Paco tomó el tren del alba, nos falta…¡Ay, Dios, cuántas preguntas sin respuesta!


Han vuelto los carbonerillos para pasar el invierno. Ayer tarde, con el sol escondido  en un cielo de telarañas, cantaban en la jerriza de la Fuente de la Zorra. Anunciaban que viene agua. La melancolía sólo se enmascara cuando se conjunta un gran equipo y, si además, tiene a Fernando de portero…

1 comentario:

  1. La cuestión es que mientras perduren esas fechas en las que solíais reunir junto a nuestro querido director y gran amigo Paco Rengel, y sean un hecho de que incluso el número de amigos halla aumentado, será hacer mas duradera la memoria de esta gran persona a la que tratáis como si estuviese presente entre el grupo. Me emociono cuando lo mencionas amigo José pues yo, llegué a tenerle un gran aprecio. Gracias y que siga este club muchos años.

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