domingo, 3 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Música, recuerdos... y navidad.



3 de diciembre, domingo. No se entiende, en Álora, el verano sin calor, ni mayo sin claveles, ni abril sin azahar; ni un Viernes Santo sin Despedía, ni septiembre sin Virgen de Flores; ni diciembre sin “Los Cristinos” cantando a la Navidad.

No hay ningún capitán Von Trapp, ni María Rainer, ni Liesel, ni Brigitta; no. Son otras sonrisas y hay, eso sí, alguna lagrimilla escapada por dentro.  Aquí los protagonistas se llaman Juan Eugenio, Mariché, Mari Carmen, Domingo y Paco, los hijos de Juan García y Gabriela López. Se les agregan hijos, yernos, nueras y nietos, hasta… “y tantos”. ¿Quieren más?  Los hay. Cinco bisnietos de Juan y Gabriela con mando en plaza, se unieron al grupo; acompañaron a los mayores (por cierto, lo bordaron). ¡Hay - gracias a Dios - “Cristinos para rato.”

La familia, una piña. Corroboran algo que un científico alemán que se llamaba Mendel descubrió hace muchos años, la transmisión de los genes. A ellos, además de la generosidad de una gala benéfica para Dolores Coronada, el cariño y el recuerdo a sus padres que les legaron un lenguaje excelso: el de la música.

Villancicos propios de Álora, villancicos tradicionales y villancicos de creación propia llegaron. ¡Qué recorrido, Dios mío! Abarrotaron el escenario de la Sala de Exposiciones en la Cancula. La acústica, deficiente (el local no es lo más apropiado para un concierto) no permitió exprimir tanto deleite como la familia, acompañada por guitarras, zambombas y cajas, hacía llegar desde el escenario a todos los asistentes.

Paz, armonía y cariño. "Los Cristinos" en estado puro. Vienen a la mente las muertes de Palestina. Ninguna guerra tiene justificación ni sentido. La de Israel y Gaza, menos. Una tierra por donde dicen que “aunque estaba la noche serena / por todos los campos la nieve caía…” y que caminaban los pobres pastores y que llegaron a Belén y vieron a Jesús reposar…¡Vamos, hombre!

Se acercan, dicen, tiempos de recuerdos. Ellos lo tuvieron. Dedicando un villancico para un hombre grande, muy grande dentro del folclore propio que se nos fue, Tomás Salas. Su hija, Ana se unió al coro. A mucha gente, se le hizo un nudo en la garganta.

Navidad es tiempo de Paz, añoranzas y emotividad. "Los Cristinos" se han adelantado unos días. Solo unos días porque se las andan los pastores, al amor de la lumbre, escuchando eso que cantaban los ángeles. “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra a los hombres de buena voluntad”. (A los otros, también, porque son los que más la necesitan ¿o no?).

 







 

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