martes, 5 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Ventorrillo de Santa Clara


 


5 de diciembre, martes. El día estaba entoldado.

Las nubes venían de poniente. Desde lo alto de la Cuesta de Tassara - el ventorrillo está un poco más arriba de la décima o la decimo primera curva de la carretera de los Montes - , se veía el mar picado de la Bahía de Málaga y un cielo lleno de esperanza.

El ventorrillo estaba muy animado. Había más gente que de costumbre. Era un día laboral… A veces hay cosas que necesitan una explicación. No sé…

No había tránsito de coches. Desde que se abrió la autovía de Las Pedrizas, la carretera de los Montes ha pasado a ser una carretera pintoresca: ventas, gente que hace deporte, parejas que buscan un rato de soledad o aventureros amantes del paisaje y de la belleza cada vez más pletórica a medida que se sube.

Me dio pena encontrarme con el recuerdo. Él estaba allí. He subido ¡tantas veces! Sé que él estaba allí.  Un día antes de llegar a finca del Boticario, en uno de aquellos paseos… Lorenzo nos preguntó:

- ¿Qué metáfora le pondríais al mar?

No sé qué pudimos responder. Y ni siquiera si respondimos.

Entonces él con esa calma de la que solo hacen gala los buenos porteros que lo paran todo, fue y dijo: “Góngora lo llamó cerúlea tumba”.

Desde la lejanía, como hoy, se veía el mar y la Sierra de Mijas y la de Alpujata y las estribaciones de la Serranía de Ronda.

Hemos subido al Ventorrillo de Santa Clara para una comida. ¿El menú? Solo hay que echarle imaginación. Comida de los Montes. Comidas fáciles de hacer bien pero muy difíciles de hacerlas tan bien como la hacen ellos.

Era una reunión de amigos. Nos congregamos, desde hace unos años, los primeros martes de cada mes. Hay que hacer penitencia. (No usamos, por ahora, silicios) A veces, el cuerpo se pone vicioso.

Tere manda en la cocina. Al cordero al horno y al codillo (no lo ha dicho, pero no me cabe duda) le ha echado un chorreón de vino de los Montes. Seguro. No se puede comer algo más exquisito.

He regresado tarde. Me pongo a entrelazar palabras.  Ahora, cuando escribo estas líneas hay un repiqueteo de gotas sobre los pámpanos de la parra…. ¿Será que ya es hora de un remedio?

Eso también es soñar.

 

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