lunes, 18 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El barrio de chupa y tira

 

 

                        


                  Cripta del Santuario de Nuestra Señora de Victoria.

 

18 de diciembre, lunes. El barrio de la Victoria está más olvidado de los hombres que de Dios. Casi podría decirse que se ha descolgado de una Málaga disparada por otros lugares, menos por él.  En él vivió la mediana burguesía del siglo XX. Según las malas lenguas se alimentaba de almejas; de ahí “el chupa y tira”.

Su eje vertebrador, la calle de la Victoria, por los Montes hacia Granada. Arranca en la Plaza de Merced, pasa por delante de lo que se conoció como Jardín de los Monos (San Lázaro, lazareto del siglo XV al otro lado) y por el Compás va a dar a los pies del Santuario.

La calle de la Victoria es una calle larga y estrecha. Mal acerada; saturada de tráfico. Mucho tendrán que afinar los urbanistas para darle un aspecto más habitable. La calle de la Victoria (frente a San Lázaro arranca la de la Amargura que sube al Monte Calvario; junto a la iglesia, el Camino Nuevo) . La calle de la Victoria era el tránsito de los seminaristas hacia los oficios en la Catedral.

El Jardín de los monos debe su nombre a unos monos encerrados tras los barrotes de hierro en una jaula en uno de los laterales de la plaza. A mí me llevaba mi madre allí. Yo nunca vi a ningún mono. Me gustaba más cuando me llevaba a ver las palomas del parque y los barcos en el puerto…

A la plaza del Santuario han intentado darle varias soluciones. No lo han conseguido. Una escalinata le quita visibilidad. Allí se venera la patrona de Málaga, pues ni eso… No han atinado.

En este altozano se asentó el campamento cristiano de los Reyes Católicos cuando lo de la toma, en 1487. Posteriormente se construyó un convento de fraile mínimos (luego, hospital militar). En la cripta los condes de Buenavista nos dejaron algo lúgubre. Marca el tránsito desde la “expiación a la purificación, desde la muerte a la resurrección”, en la plenitud del paraíso. De muchacho bajé una vez a la cripta; no he vuelto.

La Virgen de la Victoria es imagen sedente del gótico tardío; la Dolorosa de Pedro de Mena y Medrano. La yesería del camarín, excelsa. En la calle del Agua, una capilla, templete del XVIII. Estuvieron ligados a los Trinitarios (de ahí el nombre).  “Y detrás del Rescate, con apóstoles, sayones y soldados, María Santísima de Gracia, que era mi vecina de enfrente cuando yo era niño” que decía el maestro Alcántara…

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