viernes, 29 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Caríssimo

 


29 de diciembre, viernes. Y dijo Dios “Hágase la luz…” y la luz se hizo y entonces apareció la noche y la mañana y cada día, cuando se va el alba, nace el sol desde el otro lado de las montañas o en la espuma de nácar que las olas traen al rebalaje de la playa o en el cuito y en la voz de quien anuncia que “vela mientras él duerme”.

“Él” es Juan Ramón Caro. Acaba de alumbrarnos una obra excepcional. La ha titulado - porque juega con su apellido - “Caríssimo”. Mezcla su guitarra, o mejor, la sensibilidad de su alma que mueve los dedos para sacar los aspergios de las cuerdas de su guitarra. Nace una obra única, una obra para paladearla, para degustar, para entonar los ojos y decir: Gracias Dios mío por poner gente así en nuestro camino.

Juan Ramón, no conforme con todo eso, va y le une la voz humana: ¡Qué voces, por Dios, qué voces! Son Antonia Contreras, Miguel Poveda, Pilar Vergara, Yoli Fernández, Miguel Ruiz “El Pío”, Joaquín de la Bodega, Benito Moreno, Miguel Vergara, “El Pibri”…

¿Cabe más? Sí, cabe. Caben versos de Bécquer y una evocación a Ícaro que volaba tan alto, tan alto que se bebía el sol, y a Picasso, y las almenas de un castillo - ‘La bien cercada’ -, o la dureza de la mina, o las mareas que no son iguales en el Mediterráneo o en el Atlántico y ese temor de la mujer del marinero a la que se le hacen, largos, muy largos. Son los días cuando espera, con el miedo de quien no sabe qué puede venir y añora el regreso del amor que se difuminó en la lejanía del horizonte.

Juan Ramón tiene, en su obra, recuerdos a la gente que han hecho posible que su vida sea la que es: su madre Ana o su padre Juan Manuel; a Miguel Poveda; a Antonio Contreras – “mi Antonia” ¿y si él lo dice? – “cauce por donde fluye el río de mi existencia”. Y, repito ¿si él lo dice? Pues eso.

Evoca una planta el “Alyssum, propia del Mediterráneo, ese mar por donde vinieron las grandes culturas a Occidente y símbolo del valor más allá de la belleza que aporta paz y dulzor al alma. Como la aporta – digo yo – esta obra que nos acaba de regalar Juan Ramón Caro a la que no falta la esencia de algo que no se puede definir en un puñado de letras porque es la esencia de un pueblo y la que hemos dado en llamar ‘Flamenco” que hace compás y vida con la guitarra de Juan Ramón Caro, siempre, y ahora en Caríssimo

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