domingo, 24 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Felicidad, paz y bien

 


 La familia de Los Cristinos - no fueron conscientes de la aportación etnográfica que nos regalaron-  hicieron un derroche del legado folclórico de Álora. Plaza Fuentarriba, sábado 23 de diciembre, 2023

                    

24 de diciembre, domingo. No sabemos cuándo nació. ¿Era verano? Puede que sí, puede que no.  ¿Era invierno? Puede que… Verán eso de pastores al raso y en mitad del campo. Da qué pensar. ¿El lugar? Según los papeles viejos en un pueblecillo perdido en mitad de la nada. Se llamaba y se llama Belén.

Su gente, la gente de Belén, gente normal que vivían del campo. No debían pasarlo muy bien; las gentes del campo casi siempre han ido con lo puesto, justitos. La tierra es seca, tienen poca agua y la sacan de pozos.

Los padres del muchacho. Ufff. La cosa está dura, difícil. No es cuestión de entrar en disquisiciones, pero la cosa, pues eso. Ustedes ya saben. Sus padres – los que aparecen en los papeles tuvieron que acudir – vivían en Nazaret, en Galilea - a un empadronamiento y dicen que así cumplían las órdenes de la superioridad ¿Cuál de ellas? ¿La de los hombres de la tierra? Desde luego ¿La que dice el Libro que tenía que cumplirse: “Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre las principales ciudades de Juda” y todo eso que sigue ¿La que manda el ‘Otro’,  que no se ve, que está en todas partes y es el que lo rige todo? Desde luego que sí

El Niño - ¡cuántas cosas se han inventado en torno a su nacimiento! La Iglesia apoyada en que los paganos celebraban el solsticio de invierno lo tomó como punto de arranque. Luego, el Niño se hizo grande y nos dejó dicho ¡unas cosas ¡Qué cosas!  De lo que nos dijo y de lo que se ha hecho de eso… Como que nos venden otra película. No tiene nada que ver con el Niño.  Nos bombardean con otros lópeces.  Por cierto, en su tierra, en la que nació el Niño faltan muchas cosas, pero que muchas cosas y sobran, precisamente, bombas.

Dicen que estos días tenemos que ser felices por decreto, comer por decreto, comprar por decreto, ser felices por decreto, cantar por decreto… Yo me quedo con un deseo de un hombre que sintonizó mucho con ese Niño que nos ha desfigurado. Ese hombre se conoció como el Poverello de Asís. Me uno a sus deseos y quiero para todos: FELICIDAD, PAZ Y BIEN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario