martes, 19 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mi amigo Paco

 

 

                           


               Cabo de Gata. Almería. 


19 de julio, martes. Me las andaba yo el día de la Virgen del Carmen por tierras de Almería. La noche antes tuvimos una experiencia inolvidable en la cima del Calar Alto. causadas por un montón de vicisitudes que solo les pasan a los viajeros intrépidos que nos vamos a los lugares donde no suele ir casi nadie…

Realizamos unas gestiones en Almería en esa misma mañana y, por la tarde, nos fuimos al Cabo de Gata, el de aguas turquesas y cristalinas, el del acantilado que llega a adentrase en la mar y compite con las aguas para delimitar cada uno sus terrenos…

Me acordé de mi amigo Paco. No podía ser de otra manera… Mi amigo Paco nos propuso, hace un puñado de años, irnos a ver una corrida en la plaza de Toros de Almería, porque tomaba la alternativa uno que decían que era el sustituto de José Tomás, santo y devoción de mi amigo Paco.

Carretera y manta y Miguel Ángel, mi amigo Paco y el que suscribe, aterrizábamos un mediodía caluroso de verano en El Alquián. ¿No lo conocen? Verán, está pasado el aeropuerto, pero antes de llegar al Cabo y muy cerca de la playa. Su peculiaridad – mi amigo Paco conocía como nadie los lugares donde mejor se comía- reside en que se elige el pescado, lo pesan y te lo cocinan. De entre otros bichos, dimos cuenta de unos San Pedros excepcionales.

Después, en la plaza, nos invitaban a merendar porque en Almería tienen costumbre de sacar la merienda tras la lidia del tercer toro. Gente solidaria, entendía que no comíamos por cortedad y era porque no entraba ni el aire que, por cierto, en Almería con una huelga de recogedores de basuras… Pues eso.

Mi amigo Paco se fue en el segundo toro. Dijo que no aguantaba aquello, que aquel torero no se le parecía a José Tomás ni en el traje de luces… y que nos esperaba en una cafetería del centro y que nosotros aguantásemos todo lo que se nos iba a venir después…

Lo he recordado. Desde entonces no pasaba por las cercanías de El Alquián. A mi amigo lo recuerdo muchas veces, en soledad, con otros amigos, cuando por alguna causa veo los barcos venir como aquella tarde de la procesión de la Virgen del Carmen en El Palo… Me acordé de mi amigo Paco Rengel. Ya ven, uno es así…

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