lunes, 31 de enero de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Uva moscatel

 

    

31 de enero, lunes. Las cumbres de la Sierras de Almijara y Tejeda casi tocan el cielo con las yemas de sus crestas… Son las sierras de una tierra quebrada que baja del cielo al mar, y entre lo alto y el rebalaje,  por el camino forja hombres y mujeres de sudores y recios principios. Personas entregadas al suelo que los vio nacer y crecer. Soñaron y soñaron y yo conozco a quienes de aquellos rescoldos del alma, hicieron que nacieran versos. Versos de amor y ternura, de generosidad y entrega, de denuncia,  versos de quienes se hicieron a sí mismos contra todos los tiempos.

A media mañana me entró un correo de María Gómez Riera. No sé cómo se cruzaron nuestros caminos, (los de María y los míos) Creo que la conocí en una exposición de fotografías de Felipe Aranda, pero no lo recuerdo con exactitud. Sí sé que, desde entonces, he tenido una suerte enorme.  Esta mujer destila dulzura y exquisitez, porque es poesía y la regala, como uvas moscateles doradas y maduras  desgajadas de un racimo,  a modo de versos…

Habla de su tierra de la Axarquía, de Almáchar,  de lomas ahítas de viñas, de racimos tostados por el sol del verano, del trabajo de azadas que labran las cepas… de los temores a las lluvias, que a veces venían por septiembre sobre los paseros. 

María ha condensado dentro de una apariencia de fragilidad, la fortaleza de la niña que supo de los  vientos que suben de la mar  de Alejandría – que está muy lejos - cargados de salitre y que se derraman a modo de sudor, por la frente. Axarquía – la tierra que está al Este -  tierra de gente única. Ya se sabe “ex Oriente, lux”. Nadie les ha regalado nada. De su trabajo, de su sudor han conseguido sazonadas con la Gracia de Dios,  la mejor de las uvas posibles: la  uva moscatel.

Y María que sabe cómo revientan la yemas de los sarmientos y, luego se hacen pámpanos y racimos para formar parte del altar del Día del Señor, y también de cómo había que emprender  una vida nueva lejos de la tierra que se quería, tanto para reemprenderla, porque las cosas son así bajo el mismo sol pero un poco más lejos, y... Y como quien no quiere la cosa, va y nos hace un regalo a modo de versos.  Versos que otros cantan…

 

 

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