sábado, 22 de enero de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Taberna de la Cuarta Esquina

 

 

                          


               La Taberna de la Cuarta Esquina. Calahorra. La Rioja


22 de enero, sábado ¿Dónde me voy para tomar el mejor vino de Rioja? pregunté. Vete, me dijo el amigo, a El Ciego, Cenicero o Haro, allí tienes los mejores tintos de la Rioja Alta; a Tudelilla, para los mejores de la Rioja Baja. Uno, obediente y… ya se sabe.

¿Dónde me voy para degustar las mejores verduras de la Ribera? Vete, me dijo, a Calahorra, a La Taberna de la Cuarta esquina… Y me fui. Y lo llamé y le dije “Antonio, - Barbeito era quien me lo recomendaba – te has quedado corto, este restaurante tiene la calidad de Madrid, de ese de muchos tenedores, el Príncipe de Viana, pero de pueblo…”

Aquella mañana anduve por la vera del Cidacos, que todavía no ha llegado al Ebro donde lleva sus aguas y luego por la catedral, que por mor de esas cosas raras, comparte titularidad con Santo Domingo-La Calzada y Logroño… ¡Qué líos! ¿Verdad?

Me subí andando despacio. Tenía en mi mano Calahorra, la Calagurris romana, patria de Quintiliano y Prudencio, de Emeterio y Celedonio, soldados romanos mártires de su fe cristiana, degollados en las aguas del río que baña su vega…

Me las anduve también por el casco antiguo, decrépito en parte y que pide una restauración a voces. Recorrí la Judería. ¡Cuánta historia duerme en su suelo! Calles  de poca gente y algunos… pues eso, de esas que uno, cuando va solo por ciertos sitios, no gusta encontrarse. La Aljama surgió en el siglo XI y albergó a más de seiscientas personas. En ella vivió Abraham Ibn Ezra poeta y teólogo y fue la mayor de La Rioja…

 Pasé por el Museo de la Romanización – una maravilla – aquí queda claro aquello de, “quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez...” y por la iglesia de Santiago. No solo por el legado que dejó Roma, sino también por lo que supuso su comunidad hebrea. Debió ser una ciudad de muchísima importancia.

Me llego a la Taberna de la Cuarta Esquina. Tiene en su carta ¡trece platos diferentes de verdura! . Cogollos, cardos, escarolas, habas, alcachofas, brócolis, repollos, acelgas, borrajas, espárragos, judías verdes, calabazas, alcauciles…  Todas las maneras posibles. Échenle la imaginación que quieran. Seguro que siempre, siempre va a haber algo que les sorprenderá. A mí me pasó. El no volver antes por allí,  es por mor de las circunstancias, pero les aseguro que la tardanza es la mala.

 

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