Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nieve

En silencio, como los monjes cartujos de antes, que se levantaban de madrugada para cantar maitines porque venía el día. Sigilosamente, como los gatos de caza por los caballetes en busca de un pajarillo incauto que no se refugió en una rama más alta.

La nieve ha llegado  este fin de año a Europa. Dicen que  en el zurrón de una borrasca con nombre – ¡qué curiosidad! – de cartujo. Se llamaba Bruno. Ha abierto la ventana al viento. O sea un temporal. Arrancó árboles de los  parques, tejas y persianas y macetas ventaneras.

Hubo oleaje, de los grandes, en algunos mares. La muerte hizo presencia. Un hombre practicaba surf con olas de hasta cuatro metros. (¿Es disparatado pensar que eso es una temeridad?);  otro, reparaba una ventana. Ha habido, también una muerte en un pueblo de Guadalajara y han recuperado un cuerpo sin vida  - de mujer, claro , en un pozo de Galicia - . Ahí, la culpa no ha sido de Bruno. Tiene autores,  nombres, apellidos y un calificativo. ¡Canallas!

De Madrid hacia arriba, Bruno, que ya se ha ido, ha dejado media España, blanca. Ha estado de encanto Roncesvalles y todas las sierras del Pirineo y la Cantábrica. Pienso en esa Castilla por la que anduve hace unos meses y esos puertos de tanta belleza como dificultad para coronarlos. Claro, que no es lo mismo ver la nevada desde el alféizar de la ventana, - lo dice el Maestro Alcántara – que desde el camino vecinal.

-          “Y cuando usted vea una estrellita de nieve en el telediario – me dijo una chica encantadora que nos atendió en un restaurante de Villablino, – ahí, debajo, estamos nosotros”.

En los Estados Unidos de América del norte tampoco han remendado  de viejo. Allí no ha sido la borrasca. La culpa se la endiñan a vientos polares. Ciudades como Chicago se las han andado de coqueteo con el termómetro y hablaban de hasta veinte grados bajo cero. Vamos como para poner una tienda de abanicos y bañadores… Ahora, pues ya ven. Casi primavera en Sevilla, en Málaga, y… anuncian que viene ‘Carmen’. A ver cómo se porta en este recién estrenado enero.