lunes, 29 de enero de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Predicciones


El hombre el tiempo, bueno, los hombres y mujeres del tiempo que ya casi forman manifestación hablan de un montón de cosas malas que se nos pueden venir encima si es que Dios antes no lo remedia.

Informan de olas de no se sabe cuántos metros.  A ver quién es el guapo que mide la altura de una ola si no es por la espuma de amor que rompe en su cresta y que va destinada a esa amada que la aguarda en la orilla.

Dicen de vientos, que para ser más precisos, habría que llamarlos aires huracanados. Van a despeinar las palmeras de la costa; las ramas de los olivos y los pimpollos de los eucaliptus que se bambolean y resisten y luego dejan una alfombra de hojas que huelen a mentolado por el suelo.

En no se sabe cuántos sitios piden que la gente se quede en su casa. La culpa se la echan a la nieve. Hay carreteras cortadas y un montón de puertos cerrados; ya parece que vuelven a la normalidad. Que si cadenas, que si neumáticos de invierno…

A eso lo llaman gota fría, o sea algo malo que más que frío está caliente, caliente, muy caliente, como la papa que tiene el gobierno y los tribunales y todos los españolitos que no entendemos de muchas cosas con la solución de Cataluña. El Maestro Alcántara con ocasiones – y otras cosas, también– suele decir. “Que sea lo que Dios quiera, que no será nada bueno”.

Las lomas se han puesto un mantoncillo verde sobre los hombres. Los trigos han crecido un par de palmos mal medidos; los pantanos, por contrario, han bajado muchos metros. Tantos que algunos se han empeñado en enseñarnos sus fondos y muestran valles con torres de campanarios y pueblos de piedras viejas que dejaron allí, tiradas cuando el agua que crecía echó a la gente que amaba esos lugares.

Navegamos en un océano de zozobra. Andamos, mucha gente, metidos en un batiscafo soñando  algo de luz para todo lo que nos acongoja. El campo seco; falta de soluciones a los problemas, los que tienen que tomar decisiones desorientados… Y, las predicciones ofrecen gotas frías y no se sabe cuántas más cosas malas. A ver cómo le ponemos ahora al niño.





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