miércoles, 10 de enero de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Caos

Dicen que algo funciona mal. ¿Mal? no; peor. Dan por muerto a un preso en una cárcel de Oviedo. El periódico cuenta que lo encuentra un funcionario, al hacer el recuento,  ‘muerto’ en la celda. Lo reconocen tres médicos. El Juez de turno levanta el cadáver y lo envían, en una bolsa, a la morgue…  Se dan cuenta que ronca y ¡está vivo!

Andan a zarpazos echándose la culpa unos a otros sobre quién tiene la culpa del atasco de estos días del temporal pasado  en el Guadarrama y en las carreteras que cruzan el Sistema Central. La cosa ha sido más dura en la autopista de peaje. Una de las más caras de España. Se ve que el dinero que le sacan al contribuyente no ha sido suficiente para dar el servicio preciso.

Aparece como noticia estelar en eso que llaman periódicos deportivos – vamos, chismorreo como el otro, pero con distinto collar – que un club de fútbol ha pagado ciento sesenta millones de euros por un nota que es un artista con el balón en los pies. Ese que dicen que es más que un club…, ese, ese.

Hay otro que tampoco remienda de viejo. Esos señoritos visten de blanco. El otro día iban de oscuro, vamos como el porvenir que han sembrado en la presente liga y que no levantan cabeza. Dicen que ellos corren, pero que no tienen suerte. Estos no se han enterado que el fútbol se piensa con la cabeza y se juega con los pies y lo que tiene que correr es esa cosa redonda e inflada. Se llama balón.


Hay un caos más doloroso. Cientos de personas esperan al otro lado de la alambrada. Las imágenes de esos niños… ¡Cómo duelen, Dios mío! Sé que con decirlo no se soluciona nada. Convendrán conmigo que hay imágenes que parten el alma. Lo malo es que en nuestro caos interior, a veces, se echan a un rincón… Algunos, a eso le llaman olvido.



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