lunes, 8 de agosto de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lloran los pinos...



 Ermita del Rocío. Almonte (Huelva)


8 de agosto, lunes. La del alba sería cuando… no, no. Era la del alba, pero otra. Sí, tan ufano y contento y con gozo pero sin cinchas y sin caballo. Carretera y el sol cada vez más alto. Están agostado los rastrojos; rosarios de aceitunas en los varetones.

Teba otea, como siempre, el horizonte; Almargen recostado junto a un parque solar. No es inmenso, pero casi. El Saucejo con preparativos de feria junto al monumento a la prensa de molino. Una bandada de perdices se cruza, pasada la Gomera por los Barrancos Blancos. Al frente, Osuna. Universidad de otro tiempo, pasado glorioso. ¿Qué fue de aquel chiquillo que quería ser torero?

Sevilla merece una circunvalación acorde con lo que ella es por su parte norte. Una gran capital… una calle, por mucho nombre rimbombante de Kansas City, con semáforos que hacen el tránsito lento, muy lento y peligros y…, no, que no.

Es un calvario subir al Aljarafe. España tiene un problema, bueno. Tenemos muchos problemas, pero uno creciente con las autovías. Tienen mal piso y lo que es peor se han quedado pequeñas. Las mangas de los chalecos no dan más de sí. Hubo un tiempo que los chalecos, de estreno, eran algo de fiesta. Ya no, ya piden otra cosa… ¿Se entiende verdad ?

En la salida de Aznalcázar y Sanlúcar la Mayor, un accidente por alcance, provoca una retención. La Guardia Civil se prodiga. Esos ángeles de verde nunca tendrán el agradecimiento suficiente… ¡Cuando uno piensa en un tiempo no tan lejano!

Bollullos par (o sea, el que está al lado) del Condado está saturado de coches a ambos lados de la calle… El Rocío es un hormiguero humano. Hay media iglesia (en algunos lugares la llaman ermita, pero para mí, ermita es otra cosa) con gente que reza, que ofrece a sus hijos, que mira y mira y no pestañea…

Está seca la marisma. Lloran los pinos del coto… Eso decía, hace muchos, la letra de una sevillana. Entonces era por la vuelta de los romeros. Ahora no sé si será ese llanto por sus hermanos arrasados por el fuego en los cuatro puntos cardinales de España, si es por Gaza, por Taiwan, por Ucrania, por los acuíferos esquilmados de la marisma…He vuelto de madrugda. Uno reza a su manera. Desde dentro le sale eso de “reina de nuestras almas / flor de las flores…”

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