lunes, 29 de agosto de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tormenta




                      Nube tormentosa - 'nube de Alcalá'- sobre El Torcal

 

29 de agosto, lunes. El niño escuchaba hablar a las personas mayores. Todos comentaban que el año iba a ser malo porque se habían derramado las cabañuelas. Eso era anuncio de que las cosas no vendrían de la manera que ellos estimaban que debían de venir.

En el estanco vendían un librito con muy pocas hojas, sin dibujos y que, en su portada, un poco más recia que las hojas del interior, tenía pintado un señor mayor, que ocupaba la parte central, muy feo, con cortaba de palomita y una raya que partía desde su frente, apartando en dos mitades un pelo negro. Unas letras de molde más grandes de lo normal decían. “Calendario Zaragozano”.

Ese librito traía las predicciones meteorológicas, las fases de luna, el santoral, los días transcurridos y los que faltaban para que terminase el año. En un subtítulo aparecía: “Juicio universal meteorológico, calendario de los pronósticos del tiempo, santoral completo y ferias y mercados de España”.

En casi todas las casas del campo había uno. Era la manera de ‘saber’ como sería el tiempo y también, aunque el hombre del campo lo sabía con solo mirar al cielo ‘como estaba la luna’. La luna marcaba si se podían hacer las matanzas, si era el momento de sembrar los ajos o de echar las eras de semilleros.

Aquella tarde de agosto, cuando ya se había alejado el mediodía sobre El Torcal apareció la ‘nube de Alcalá’. Esta noche, dijo alguien, tenemos tormenta… Al rato, la nube que era muy pequeña se hizo más grande y, luego más, y más. La tarde cambió de color. El cielo se puso feo, grisáceo y aumentaba el calor…

En la lejanía, ya entrada la noche, sonó un trueno. “Ya está aquí …” comentó alguien. Los truenos fueron en aumento, pero se sentían muy lejanos; después, se percibía como se aproximaban y, de vez en cuando, resplandores de relámpagos. Luego, los rayos marcaban líneas quebradas y luminosas en el cielo. Aquello cada vez iba a más. Al rato, estaba generalizada, pero no llovía. Solo eran truenos y un enorme aparato eléctrico. Parece que es una tormenta seca, dijo alguien, y agregó, éstas son más peligrosas porque en cualquier sitio puede caer un rayo y con todo tan seco…

El ‘zaragozano’ da tormentas en agosto. Si vinieran con agua serían propias para la aceituna porque el olivo bebe por la hoja….

 

 

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