lunes, 22 de agosto de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Bacalao

  

                        Bacalao (Gadus Morhua)


22 de agosto, lunes. Últimas noticias: se desploma en España el consumo de pescado y solo sobrevive el bacalao. Lo ha publicado la prensa esta mañana. ¡Las calores…! La mente, obtusa. Uno se da cuenta de lo evidente. Por ejemplo, las ‘buenas noches’ vienen antes que el ‘buenos días’, y no tienen nada que ver con el bacalao ¿verdad? Pues eso, pero ¿y si se mira el día al revés?

A lo que iba, dicen que se ha consumido menos pescado, pero se ha gastado, casi un nueve por ciento del dinerillo destinado a la alimentación para comprar los bichitos que vienen de la mar. El único que se ha mantenido en su sitio, ha sido el bacalao. No dicen si en fresco o salado. ¡El bacalao ha sido siempre comida de pobres!

La primera vez (de lo que hace mucho tiempo) que pasé por la tierra vieja de la que entonces se llamaba Castilla la Vieja, en Ágreda, casi al pie del Moncayo (que es Aragón), vi unas instalaciones enormes donde anunciaban el producto, claro que ese era salado. Me dijeron que desde allí se abastecía a casi media España. O sea que tenían su mercado

Al bacalao se le entra de muchas maneras. Quizá el país que le ha sacado más partido ha sido Portugal y lo sirven en la mesa, exquisito – al que menos el que yo he probado- y variado. Se ve que eso de especializarse tiene sus ventajas.

En cierta ocasión, en Coimbra, le pregunté a un camarero, cómo era posible que el plato de bacalao ‘dourado’ que me servía tenía un precio ‘asequible’, si lo había visto en los escaparates de la calle a un precio muy superior… Y, entonces, con el cumplido que caracteriza a los portugueses, me dijo: Es que, usted no ha comido bacalao, ha comido abadejo. Ya se sabe, en todos sitios…

El bacalao era comida de los días de vigilia en Cuaresma. Era barato y, conjuntamente, con las lentejas, - las de Mayte en Comodore, en la Plaza de los Delfines, de Madrid, durante la Transición eran otra cosa -  platos socorridos en las mesas de los pobres. Luego, se dispararon, ambos dos, y casi había que hablarles de ‘usía. Parece que las aguas vuelven a su cauce. No sabemos por cuanto tiempo. A lo peor es que los otros precios suben tanto que ya no nos parecen tan caros. Por cierto, la mejor tienda de bacalao salado de Málaga está en calle Martínez…

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