martes, 23 de agosto de 2022

Una hoja suelta del cuadeno de bitácora. Airiños, airiños, aires...

 


            El taró en Málaga.


23 de agosto, martes. Estos días, por diferencia de temperatura entre el agua del mar – más fría – y la tierra – más caliente – se levanta, neblina. Lo cubre todo. A veces, tiene una duración de varias horas y obliga a cerrar el aeropuerto de Málaga por baja visibilidad. Rara vez llega hasta las tierras interiores. Se le conoce como “taró”. Al parecer, los fenicios ya hablaron de él.

En cada lugar, tienen su localismo (“Solano de las Marismas…”), graníno, ábrego… Nombre de otros lugares o, incluso, se llama así a fenómenos diferentes.

De madrugada, en verano, si arranca el levante, ‘blandura’. El cielo se cubre de nubes, al principio, espesas y, poco a poco, se disipan a medida que arranca la mañana. Dice la gente del campo que madura las brevas cuando es tiempo, que propicia la trillar porque la mies está más suave y para arrancar los garbanzos porque, al no haber sequedad, no se rompen los cascabullos.

El levante - “el levante las mueve y el poniente, las llueve” – ; el cielo entoldado, tardes de calor…

Al viento del norte, - el cielo azul, muy azul, como el manto de una Purísima de Murillo -  aire de arriba’. Cuando sopla, nunca llueve. Si hay un temporal de poniente, él dispersa las nubes. “Ya está aquí el aire de arriba; se ha acabado el temporal”. En invierno, si viene del Polo, es frío. Puede provocar heladas. En verano, al del noroeste, se le llama ‘terral’. Seco, abrasador. Se dispara la temperatura.

El viento del Atlántico, ‘poniente’. Trae la lluvia, o sea, la Gracia de Dios. Si entra por el Estrecho es una corriente en chorro. Sube desde Canarias. Está cargado de humedad. Dura varios días y trae agua, mucha agua (no tanta como el meneo que le dio anoche la UD. Las Palmas al Málaga, bromas aparte); si entra un poco más desviado, por el Golfo de Cádiz, también trae agua, pero más ‘de refilón’. En ocasiones se desvía por la Depresión Guadalquivir y, entonces, las nubes pasan ligeras…

Me viene a la mente Rosalía: “Airiños, airiños, aires… “y el final del Amor Brujo. Falla puso letra y música. La mejor versión cantada, Antoñita Contreras.  “¡Ya está despuntando el día /cantad, campanas, cantad/ que vuelve la gloria mía!” A veces, a al amanecer, me resuena en el interior, y siento como abre, poco a poco la vida…

 

 

 

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