domingo, 27 de diciembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Frío

 

 

                                                   



¿Quién teme al frío? Dicen que viene una ola polar que le  dice ¡hola! a los pocos que se atreven a asomar la cresta a la esquina de la calle, donde da la vuelta el viento, que más prudente, opta por no seguir adelante.

Dicen que están las cumbres blancas. ‘Navidad, blanca Navidad’ que canta el Villancico, y esas cosas. El maestro Alcántara decía que no era lo mismo ver la nevada desde el alféizar de la ventana, que desde un camino vecinal.

El maestro, que era urbanita por convicción y determinación, sabía lo que decía. A mí, en una ocasión, me contó que eso de las hormigas y las moscas del campo no iban con su manera de ser, ni de como él asumía el hedonismo. Lo comprendí por supuesto, claro que eso no va tampoco con la mayoría de los mortales, y el maestro, también lo sabía.

En mi pueblo hay varias maneras de plantarle cara el frío. Los más madrugadores – en ‘El Potro’ estaba la auténtica academia - con el Rubio ‘Manitas’, Manolillo ‘ el Arbulaguero’, Juan ‘el Veterinario’, otro Juan ‘el Capitán’,  Alonso ‘Rajuña’… tenían la sana costumbre de hablarle de tú al ‘Machaco’. Oigan, y daba resultado.

Pepe el tabernero, iba y venía con andar cansino al otro lado del mostrador. No mediaba palabra y llenaba y llenaba mientras ellos – yo también me agregaba cuando podía, – intentaban arreglar el mundo y daban a cada uno su tercio.

Una mañana llegó uno con un resfriado de los que hacen época.

-         Tómate tomillo, le dijo alguien que lo escucha toser de aquella manera.

-         ¿Y cómo me lo tomo?

-         Ramoneando, le contestó.

Rocío, preparaba unas lavijas lado a lado, con todo lo ancho que daba el pan, con lomo o con zurrapa. De Pepe y de Rocío que  era una señora de la que yo guardo un recuerdo  imborrable, regentaron el bar mucho tiempo, primero se nos fue ella… Pepe, se quedó como no podía ser de otra manera, hecho polvo.

Estos días de frío, me vienen a la mente también, los versillos de Góngora: “Traten otros del gobierno/  del mundo y sus monarquías / mientras gobierna mis días / mantequilla y pan tierno  / y en las mañanas de invierno / naranjada y aguardiente / y ande yo caliente y ríase la gente”…

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