jueves, 10 de diciembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lucero del alba


                        


Y entonces, Dios que algunas veces tiene unas ocurrencias diferentes a las que tienen los hombres, fue y dijo que se hiciera el firmamento y lo puso arriba, o sea, a adónde los hombres ni entonces, ni ahora por más que se empeñen, pueden llegar, a lo sumo se queda en las lindes pero ese es otro cantar.

Y al firmamento lo llamó cielo, y después fue cuando dijo:  «Que haya luces en el firmamento del cielo, para poder así separar el día de la noche y para que sirvan para señalar los días, los años… y agregó “que las luces estén en el firmamento para alumbra la tierra”. Y es que claro, como Dios es  así, pues estaba en todo.

Y dice el Libro – el Génesis – que también hizo las estrellas y las esparció – eso no lo dice el Libro– a boleo por el cielo y luego el hombre (que todavía no había llegado) les puso nombre para conocerlas mejor y saber de cada una de ellas.

Y para cuando viniese el día, solo un poco antes, pues Dios dijo que habría una estrella que no tendría luz propia, sino que la recibiría del sol, que era el que iba a alumbrar el día, a diferencia de la luna que lo haría por la noche, y a esas estrellas diferentes las llamó planetas, y como era tan bella, tan bella, tan bella, como los ojos de quien yo me sé, pues le pusieron Venus…

Y Dios dijo que esa estrella aparecería en el horizonte, y que entonces los gañanes se tendrían que levantar para echarle las pasturas a las yuntas, antes de irse a abrir surcos en la besana y dejar la simiente bajo la tierra para que luego cuando Él lo dijese  germinaría y daría frutos y alimentaría a todos los hombres, bueno, a todos según que manera no, y muchos tendrían hambre y entonces se tendrían que ir de su tierra….

Y esos hombres llegarían a otra tierra y en algunos sitios los recibirían  de aquella manera y hacinados como si no fuesen hijos de Dios, intentarían pasar la noche en sitios inmundos para volver a comenzar cuando otra vez el Lucero del Alba llegasen al horizonte… pero una noche, otra luz, la luz de una vela, se pasó a fuego y sembró la muerte y la tragedia en un lugar lejano que se llama Badalona…

 

 

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