domingo, 8 de octubre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Dos puertos y un paisaje de ensueño


                      


 

8 de octubre, domingo. Cuando salgas de Ronda toma la carretera de El Burgo por el Puerto del Viento. Si en tu andar de caminos te encuentras con un puerto que tenga bien puesto el nombre, éste es. Casi mil doscientos metros de altitud, pero si recuerdas que en Ronda estábamos por encima de los novecientos, casi entras sin apenas darte cuenta y debes saber que luego, hay que bajarlo. Pero no quiero asustarte.

 

La belleza y la majestuosidad que te envuelve, los lirios morados entre las rocas o, los rebaños que arriscados ramonean espinos entre las piedras, guardan semejanza por su parentesco kárstico con el Torcal.

 

 Es paisaje de soledad y silencio. Para gozarlo. Desvíate un poco de la carretera y párate, en el Tajo del Valle de la Lifa en el monumento al Guarda Forestal. Escucha el silbar encajonado del viento, mientras, abajo, a duras penas el río Turón, (ha nacido un poco más arriba entre las peñas y casi debajo de un algarrobo) entre vegetación de ribera de alta montaña, se abre paso.

 

Desde el mirador, en un panel, un mosaico de información. A saber: la Sierra de Alcaparaín, El Burgo (el pueblo, claro), Sierra Cabrilla, Cerro de las Monjas, el Pinar de Yunquera, los Pilones, los pinsapares de Ronda y la sierra de la Hidalga.

 

Cuando llegues a El Burgo se abre el paisaje. Te acompañan campos de cereales y olivos y en las traseras sembrados que aprovechan el agua para el cultivo. Comienzas, muy pronto la subida al Puerto de las Abejas.

 

Cuando inicies -supera los novecientos metros- mira lo que se abre a tus ojos. Siéntate y contempla. Oye el zumbar de los insectos y observa cómo se entelaraña el cielo con cirros -las capas altas están muy frías- desgarrados o, como se te ofrece azul y provocador, intenso.

 

El sol puede que vaya dejando, conforme muere la tarde, dorados los picachos más altos y sombras; en oscuridad, cañadas y barrancos, y si se levanta el viento se moverán las ramas de los olivos y los almendros ...

 

No demores la bajada. Antes de la noche debes llegar a Yunquera. Si te quedas a dormir, aunque sea comienzo de otoño, no tengas lejos la manta. De madrugada refresca.

 

Ahora, estás en las puertas del Parque Natural de la Sierra de las Nieves… Se abre otra manera de ver, de gozar el mundo.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario