viernes, 27 de octubre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Losar de la Vera, una fantasía real


 


27 de octubre, viernes. “La sierra – así la llamábamos simplemente – era lo primero que veíamos cada mañana, es lo último que dejábamos de ver cuando anochecía”. Así lo hablaba Josefina Carabias, de Gredos, de su Gredos, de quien afirmaba que era también su boletín meteorológico y a la que observaba con mantos diferentes, según época, según si había tormentas, según si soplaban los vientos, o según si se vestía de nieve….

La sierra de Gredos es también lo primero que se ve cuando se camina al norte y se traspasa el puerto de Mirabete y uno se encamina hacia La Vera – la que va de Plasencia a Arenas de San Pedro. De allí bajan las gargantas ahítas de agua con el deshielo, bravas y entre peñas de granito que resisten la erosión de siglos.

Allí, a su pie, Losar de la Vera. Casi todos los pueblos - salvo algunas excepciones, Cuacos de Yuste, por ejemplo - ponen su apellido junto al nombre. Reivindican mejor así su existencia, su manera de ser, su identidad propia.

A Losar fui por primera vez hace más de cuarenta años. Eran otras carreteras, otros lugares a los que aún no había llegado la modernidad como ahora se entiende. En aquella primera visita vi que tenía algo de lo que carecían otros pueblos. Losar tenía un jardinero propio de los jardines borbónicos. Esos que se muestran en los libros de decoración y jardinería. El hombre con paciencia y un gusto exquisito había creado figuras vegetales a las que daba forma y horma. Una cigüeña, un ciervo, una cruz de caminos, un nido, un animal de la sierra, …

 


Orillaban la carretera desde la entrada hasta la salida de la localidad. Ahora, esas figuras se han aumentado. Cuando anduve por allí el pasado verano me dijeron que de aquella primera enseñanza ha nacido una escuela. “Nos imitan ya en muchos pueblos”, me contaban. Les dije que sí que era verdad y que lo he visto en muchos sitios. Me da pena que esa bendita costumbre no se extienda por otros muchos lugares.

Losar de la Vera, a pie de Gredos, tiene también una garganta, la de Cuartos por donde baja una torrentera brava y fría que viene de las cumbres de la sierra. Nace en La Covacha que citó Alfonso XI en su Libro de Montería… y lleva sus aguas al Tiétar, y luego al Tajo y luego a la mar Océana…




No hay comentarios:

Publicar un comentario