viernes, 6 de octubre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ibn Battuta

 

 


                Cuando se observa este mapa se ve la magnitud del viaje de Ibn Batutta


6 de octubre, viernes. Viajero, narrador de los lugares por los que pasa, peregrino a Medina y, por supuesto, a La Meca. Llegó a China, Sudeste Asiático, Sur de Arabia y cercanías de Madagascar. Estuvo en Granada, Marbella, Ronda y Málaga de la que dijo cosas bellas.

Dice él mismo que peregrinó por el norte de África, “solo, sin compañero con quien poder solarse ni caravana a la adherirse y expuesto a todos lo peligros”. Partió el 13 de junio del 1325. Tenía 22 años; volvió 24 años después. Había recorrido 120.000 kilómetros.

Cuenta que partió para visitar el sepulcro del enviado de Dios. Dejó a las amigas y amigos, a sus padres, que enfermaron como él, ante la partida y todo lo que suponía, y agrega algo precioso cuando dice “me alejé de la patria como los pájaros dejan el nido”.

En los tiempos medievales intereses de todo tipo llevaron a los hombres de las orillas Mediterráneo a recorrer ciento, miles de kilómetros por territorios extraños. El peligro acechaba a peregrinos, a viajeros intrépidos y a comerciantes que con caravanas cruzaban tierras inhóspitas, desconocidas e insalubres. Ibn Battuta enfermó en el camino y, una vez repuesto, continúo viaje.

Llegó a Alejandría; subió por el Nilo hasta Nubia, (Sudán), volvió a Egipto, cruzó el Mar Rojo, Palestina y Oriente Medio y… Visitó Damasco, Basora, Medina y La Meca que era el objeto de su viaje, aunque luego fue un punto de referencia del que partía y a donde volvía de sus exploraciones por otras tierras.

No me resisto a exponer un extracto de su narración: “Así llegamos, de mañana, a la ciudad digna de confianza, La Meca, Dios el Altísimo la honre y nos encaminamos al santuario divino…” ¿Cabe más admiración de un hombre que había recorrido una distancia descomunal para llegar a aquel destino?

Dice de La Meca: “Es como una novia resplandeciente sobre trono majestuoso, meciéndose en los mantos de su belleza, envuelta en los peregrinos del Señor”. Y concluye afirmando: “en los portentos que Dios hizo se cuenta haber grabado en los corazones humanos el deseo de acudir a estos sagrados santuarios”.

Ibn Battuta regresó a su tierra, Marruecos, visitó el sur de España (vino a combatir contra Alfonso XI, que puso la frontera en Ardales y murió de peste negra en Gibraltar) pero al no tener contra quien guerrear recorrió parte de Andalucía. Había nacido en Tánger en 1304; murió en Marrakech entre 1368 y 1377 de nuestra Era.

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