domingo, 12 de junio de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Locos de remate

¿Será por las calores que anuncian que viene el verano? ¿Será porque algún cable se ha desenganchado? ¿Será porque la sociedad, en su momento, no sabe o no quiere ponerse en su sitio? ¿Por qué puñetas será?

Los telediarios están como para apagar el televisor. Lo mismo se puede decir de la radio o de los periódicos. Cualquier medio da noticias; indefectiblemente, malas. Si no lo fuesen, no serían noticias. Triste, muy triste.

Un ciudadano aparentemente normal acude, hace par de noches, a un concierto. La cantante  - veinte y do años - firma autógrafos. La chica, dicen, había ganado un concurso de esos que buscan nuevos artistas… No media palabra. Y va el tío, le pega unos  pocos tiros; la mata. Y, luego, se mata él… (Ya sé lo que pensamos, yo también lo he pensado)

Anoche, en Orlando, otro ciudadano  - veintinueve años - que no es de allí se va a un club donde la gente se divierte. No entro en detalles. Son de sobra conocidos. Se lleva por delante, por ahora, veinte vidas. Entre otras, la suya. Dicen que es oriundo de Afganistán y que todo es por motivos xenófobos. ¡Vaya usted a saber!

Marsella está a la orilla del mar. El mar de aguas azules por donde navegaron fenicios, griegos y la cultura que dio pie a lo que se llama Civilización Occidental. Campeonato de fútbol. Copa de Europa. Un motón de borrachos y drogados: rusos y británicos (el orden de los factores no altera el producto…) se lían entre ellos. Batalla campal. La Policía francesas impotente…


No queda ahí la cosa. En Badalona, un fulano mata a otra mujer y ¿van… ? Escribo a vuela pluma. Escribo más llevado por la impotencia y por la indignación que por el sosiego de una reflexión tranquila. ¿Qué puñetas pasa con tanta violencia? ¿Alguien lo sabe?

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