jueves, 9 de junio de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El regreso

Mi pueblo  vestido de verano;  yo me he ido unos días fuera. Las cebadas agostadas, se encañaron los trigos; ya maduran las brevas. Vestidas de verde las acacias; la Avenida está hecha una mocita como niña con ropa nueva.

Sigue el río su curso. Yo que acabo de envidiar, al Ebro, al Tajo, y al Duero, y al Guadiana cuando pasaba por tierra manchega y él, el mío, sigue ahí…Espera  que baje a echar un cigarro y le cuente esas cosas nuestras.

Y el Guadalquivir, en Cazorla, borbotones de la piedra; por Andújar, olivos de trama nueva; un regate, por Montoro y por Córdoba aleluyas de geranios, como pirotos en los balcones que  Lina  quiere poner  en nuestra tierra. Seguro que lo consigue… ¡Lo que esta  mujer no pueda…!

Y el río se fue a Sevilla con sus torres que no son de Alhambra; no. Son de Oro y de Giralda, de cielo azul y plata, de Maestranza  y Macarena; de malva y toros…; de Indias lejanas y habaneras y golondrinas y niñas de claveles en la feria.

Y, luego a Coria que sigue en su sitio con su puerto camaronero. Tierra de genios: Ruiz-Sosa, Cardo, Rogelio...  “Rogelio, corra, usted”, le increpó, un día, el húngaro de nombre raro, “míster, correr es de cobardes”, dicen que contestó el coriano...

Y, a La Puebla, cigarrera y marismeña, ¿Se mira en el río, La Puebla? No. La Puebla se mira en la Media (con mayúsculas, por Dios, que como él no…) de Morante de la Puebla. Rejoneo, Peraltas, Enrique Lora y el río que busca mar abierta…

Está mi pueblo blanco. Se ha celebrado el Corpus. Cuerpo y Sangre de Cristo y los racimos pidiendo vez para ir detrás de las espigas. Crucifixión en el Barranco, espera aires de Albaicín. Llegan de Granada,  que el premio lo ganó un arquitecto venido de aquellas tierras.

Y Pepe Rosas, - soberbio, genial, único – con sus refranes y sus sentencias: “El Hijo, las trae; la Madre, se las lleva” Se refería a las siestas. Adorable vicio que si es sano en invierno, ¿cómo no va a serlo en el infierno que nos espera?

 Está mi pueblo… El viaje tiene tres partes: el sueño de programarlo, realizarlo y, luego, que otros lo sepan. Lo he intentado. Remato con estas letras. Han salido a vuelapluma, ripios sueltos de aprendiz…


 Ustedes, ya saben, ¡perdón y clemencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario