sábado, 4 de junio de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: María Teresa León

En el Diario de Burgos aparecía una firma: Isabel Inghirami. No era la heroína de Gabriele D’Annunzio; no. Obviamente, un seudónimo. Detrás, una mujer poco común; excepcional; una mujer comprometida. Defendió la cultura y la mujer. Su nombre: María Teresa León Goyri.

Hija de un coronel del ejército. Nació en Logroño; principios del  XX. Su madre, hermana de María Goyri mujer de don Ramón Menéndez Pidal. Vivió, por los destinos de su padre, en Barcelona, Madrid, Burgos…

La influencia de la familia en su formación, fundamental. Por ‘culpa’ de su tía entra en la Institución Libre de Enseñanza y, luego, estudia Filosofía y Letras. María Goyri había sido una de las primeras mujeres que alcanzaron el Doctorado, en esa rama, en España.

Le ponen trabas para seguir estudiando después de los catorce años. Norma y costumbres del tiempo. Dicen, también, que lee lecturas ‘poco edificantes’. La expulsan del Colegio de Monjas - ¿ raro, verdad? – En Leganitos, en el Sagrado Corazón, le muestran la puerta: “porque se empeñaba en estudiar bachillerato, lloraba a destiempo y leía libros prohibidos”.

Se casa muy joven. Diecisiete años; dos hijos. Un matrimonio fracasado. En 1929 conoce a Rafael Alberti. Se fugan a Mallorca. En 1932 se casan por lo civil. Hasta su muerte, recluida, por motivos de enfermedad, en un sanatorio de la Sierra de Madrid, en 1988 sigue unida a él.

Alberti en su Arboleda Perdida dice de ella: “Surgió ante mí, rubia, hermosa, sólida y levantada, como una ola que una mar imprevista me arrojara de un golpe contra el pecho”.

Luchó, en plena guerra, por salvar los fondos sacros de Toledo y la joya pictórica del Museo del Prado… Estuvo comprometida, contra el fascismo y  por la difusión de la cultura y las mujeres – lo he dicho un poco más arriba- , sobre todo, desde el teatro; escribió mucho y bien; fundó la revista antifascita: El Mono Azul… Rafael Alberti le ilustra su colección de cuentos: Rosa Fría…


En España, en su tiempo, convivieron (¿?) dos bandos. De parte y parte, atrocidades. Conoció la Unión Soviética, Berlín y China. Vivió, las penalidades del exilio: en Orán, París, Argentina – la llegada de Perón al poder, los hace volver a Europa – y Roma. En 1977, después de mucho rodar: España, ante el olvido de los suyos - ¿por qué?- , definitivamente…

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