lunes, 18 de abril de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pesadilla

La madre naturaleza, en algunas ocasiones  - el maestro Alcántara cree y yo, con él -  no se comporta siempre como una madre. Las madres son todas buenas; ésta, a veces, se empeña en llevar la contraria. O sea que ofrece la leche un poquito agriada.

Un terremoto de intensidad 7,8 ha barrido Ecuador. Ha sido algo considerable en la escala de ese estadounidense con apellido alemán Richter, que nació en Ohio y que se empeñó en darles puntos a los movimientos sísmicos como los termómetros a las calenturas de los niños o la federación a los equipos que compiten en la liga.

La onda expansiva del terremoto venía del mar; del Pacifico, por más señas.  Ese océano de Pacífico solo tiene el nombre. Vasco Núñez de Balboa no acertó con el nombre de pila. Ha sembrado de dolor y llanto a ese país y a parte de otros países que también lloran porque sienten cariño y simpatía por ellos.

Me lo contaban el otro día. Se instala una colonia de ecuatorianos en la zona. Surgen algunos ‘problemillas’. Un calé del Sacromonte granadino lleva la queja a la autoridad competente: “señoría, han llegado allí “unos payos ponis…”

En Madrid al cruce entre Hermanos García Noblejas, Arturo Soria y Alcalá, conforme se baja a Ventas le han cambiado el nombre. Se llama el “pequeño Quito”.

Bromas, aparte. Por lo visto lo único ‘grande’ de todo lo que concierne al tema ha sido el terremoto. Ha afectado a las zonas más pobres del país. Siempre se ceban en los más pobres. Es una constante; en las fuerzas telúricas, también.

Según parece la Madre Naturaleza  ha tenido poco control de mano. De un tiempo a esta parte viene siendo algo normal. En febrero, otra fuerza, el volcán Chimborazo tuvo una erupción. Las autoridades decretaron la alerta ‘naranja. Es la previa a la máxima que se proclama cuando se prevén cercanas las catástrofes.


Envían ayudas humanitarias; se han movilizado conciencias en muchos sitios. Ojalá la tragedia sea ya un punto y aparte, se imponga la justicia social y llegue a quien tenga que llegar la ayuda. Tengo mis dudas; serias dudas.

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