lunes, 4 de abril de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pan

La primera salida mañanera es a comprar el pan. La panadería está cerca. Un poco más debajo de mi casa. Nada. Visto y no visto y la compra hecha. El aire mueve las hojas de los cocoteros; revienta el azahar los naranjos de la acera. Pasan coches camino del trabajo…Van rápidos.

A esa hora tempranera – soy madrugador – en la calle hay poca gente; las precisas. Los que van al Centro de Salud  a ver al médico, o “a por recetas”; los que vienen de algún sitio y suben, porque mi calle, como casi todas las calles del pueblo, tiene una ligera pendiente; los que esperan que abra el banco…

La puerta del banco es un hormiguero los días de cobro. Hay quien se viene antes de amanecer. No saben que hasta la hora convenida la caja no funciona y que al banco no se le acaba el dinero; tendrán el suyo; no se lo creen.

Muchas mañanas Miguel barre las aceras. Antes, pasa una maquina pequeña. Tiene unas ruedas giratorias: recoge papeles, hojas y restos de basura. Miguel lleva una escoba y un pequeño cubo con ruedas. Miguel es seguidor del Barcelona.  Esta mañana no estaba contento por lo del repaso del sábado. Ya saben. Yo lo felicito cuando gana ‘su’ equipo. O sea casi siempre; Miguel lo agradece.

En la panadería colocan el pan en pequeños compartimentos. Lo clasifican: pan integral, gallegas, malagueñas, barras de Viena, pitufos, pan de centeno, otro pan muy oscuro que no sé de qué está hecho... La panadería despide un vaho caliente y acogedor.

A esas horas acuden algunas mujeres. Cruzan los brazos mientras esperan;  tienen frío mañanero; se acurrucan con ellas mismas. No están acicaladas; están bellas porque a todas horas las mujeres siempre tienen su propia belleza.

Han preparado los desayunos de los niños que se van a la escuela. Ya han comenzado con otros menesteres. Las mujeres siempre tienen algo que hacer y, a todas, les falta tiempo.


Estas mujeres son muy correctas; saludan al entrar o devuelven el saludo. Llevan ropa de estar por casa; calzan zapatillas…. Ya ven, y todo, porque uno se levanta temprano para comprar el pan.

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