jueves, 23 de junio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Caminos




         

                            Efebo. Antequera (Málaga)


23 de junio, jueves. Recibo un mensaje. Una amiga quiere saber qué pienso de esa ‘nueva’ corriente que aparca y olvida, lo aportado en el pasado por Roma. Le contesto que el Derecho, la Lengua, la Religión, la Organización política-social, o sea la base de la familia con el matriarcado como centro, y las comunicaciones, vinieron de su mano. Otras civilizaciones aportaron otras cosas. Entre todas, lo que hoy somos.

Los cimientos nunca se ven.  Los de Roma, casi tampoco. Si no fuese por ellos, los edificios difícilmente se mantendrían en pie. Es más, de su solidez y riqueza arquitectónica dan muestras la perdurabilidad de la obra. Pienso por ejemplo en el puente romano de Córdoba o en el de Alcántara en el Tajo, o en el Acueducto de Segovia, sin tener que ir más lejos.

En cuanto a eso de ir lejos, nuestro refranero – cuando a las cosas se le llamaban por el origen de su nombre y era la paremiología -, decía que “todos los caminos conducen a Roma”. ¿Todos? La tela de araña se da la mano entre ella y sin lugar a errar, sí.

Era y es verdad. Un hombre, andando salía de Cádiz – el grano, el vino y el aceite viajaban, mayormente, en galeras por mar - y llegaba a Roma después de acumular entre pecho y espalda, muchos miles de ‘pies’, que era su medida básica y que jalonaban con hitos de piedra, cada determinado espacio, con ‘miliarios’.

El tiempo lo administraban de otra manera. El día, según ellos, comenzaba en la medianoche. ¿A qué ahora tiene más sentido que los monjes a la primera oración del día, antes de que apunte el alba, la llaman ‘maitines’?

Roma dejó mucho. El paso del tiempo y de la mano del hombre, que tampoco es inocente, ha destruido mucho. No hay que olvidar los estropicios sobre Italica, o sobre el teatro romano de Málaga del que se eliminó una parte ¡para construir una casa de la Cultura! Oigan y no metieron a nadie en la cárcel. Aberraciones.  Han hecho en ocasiones, todo lo que han podido contra ese patrimonio, a veces mutilado, a veces, olvidado y arrasado.

Curiosamente la arqueología lucha por sacar a flote muchos restos. He leído en no sé dónde, que han encontrado Efebos en Pedro Abad (Córdoba). Antequera posee uno – y una Venus – de belleza única. Sigamos andando caminos…

 

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