viernes, 20 de marzo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Viernes de Cuaresma






Decía santa Teresa que “entre los pucheros anda Dios”. Santa Teresa aprovechaba cualquiera ocasión para lanzarle un mensaje a sus monjas, que emprendían otra vida diferente a la que llevaba la sociedad de su tiempo.

En aquella Cuaresma, de bula y no sé qué cosas más, los Viernes eran días de ayuno y abstinencia. Una contradicción, porque había mucha gente, demasiada gente, que no comía y otros, que sabían de la carne de oídas, pero…

En ésta, ayunos de libertad y con abstinencia calle, estamos desorientados no por el asunto de pucheros y  comidas sino por todo lo que tenemos encima. La gente envía mensajes, están aburridos y les cuesta el enclaustramiento que impone la necesidad de luchar, en aislamiento contra el dichoso bichito que nos ha llegado sin que nadie lo haya invitado a la fiesta.

Hay excepciones, hay quien le saca rendimiento a su tiempo y nos deleita con mensajes llenos de optimismo, con artículos en sus páginas, con gracia y  ocurrencias que nos sacan las sonrisas en momentos de tristeza…¡Es gente admirable!

En una canción de hace un montón de años, Carlos Cano nos daba una receta de repostería para el ‘durse’ de calabaza… y terminaba con algo genial e insustituible: “y la gracia de tus manos”. Esa gracia de manos anónimas que se esparce por las redes sociales (la TV mejor no verla, deprime).

Este Viernes de Cuaresma, se ha presentado una mañana ventosa y gris. Está el tiempo revuelto. Dicen – “desde mi ventana no puedo yo verlo”-  que el Levante arranca olas que se comen la arena de la playa, destroza paseos marítimos desiertos de gente a resguardo tras los cristales de las ventanas y hace que las gaviotas vuelen más altas que de costumbre.

No hay pájaros que alegren esta primera mañana de lo que dicen que ya debería ser primavera, pero que está vestida de invierno, con el sol parapetado y algo de frío que trae recuerdos de cumbres de sierras blancas, porque dicen que en Soria y en el Pirineo y en la Cantábrica y no sé en cuantos sitios más, ha nevado…

Hay que echar mano del frigorífico. Es tiempo de espinacas con garbanzos  y bacalao con tomate y si se tercia, un vinillo – una copa -  no sea que haya un control de alcoholemia entre la cocina y el balcón…



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