viernes, 13 de marzo de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Leñe con las mariposas!


                  


                            
Todo empezó con un manzana en un parque idílico que llamaron paraíso… Ah, no, que eso es otra cosa. Me he ido más lejos en el tiempo. No, no, todo empezó en una ciudad china de cuyo nombre es imposible acordarse pero a la que no vamos a olvidar en muchíiiiisimo tiempo.

No sabemos, a lo mejor tampoco hace falta, situarla en el mapa. Es más, no sabemos de dónde sopla allí el aire. Porque según vengan los aires, en algunos sitios…Tenemos entendidos que en Cádiz cuando sopla el Levante allí no para ni Dios, pero como la gente de Cádiz es buena gente, pues se lo toma chufla y no la lían, como la ha liado el dichoso bichito de la China de verdad.

Si por un casual el planeta se parase de golpe con la inercia, algunos podrían seguir adelante e infectar ese mundo de estrellas que nos embellecen las noches de verano. Tampoco es cuestión de desearle males a otros que a lo peor, ahora se ríen de nosotros cuando ven la zozobra que nos azota.

Me decía el otro día un amigo – otro bulo más, claro - que este virus es algo generado en laboratorio, que los chinos y el de la panocha estaban a guantazo limpio porque, ambos dos, querían más en el tema económico y como con las sanciones no estaban todo lo satisfechos que sus egoísmos pedían, pues entonces, han fabricado el bichito y ahí va eso.

Naturalmente no se podrá probar nunca quién de los dos ha sido, ni incluso si han sido alguno de los dos. Muchísimos años, después nos hemos enterado que fueron los propios yanquis quienes hundieron el acorazado Maine a la entrada del puerto de La Habana y culparon a España del atentado. Luego, la guerra de Cuba y lo que le rondó.

Dice el refrán que “más se perdió en Cuba, y venían cantando”. Me temo que ahora puede ser que se cante poco, ni siquiera un gori-gori como se cantaba en los entierros de otro tiempo. Se anuncian días de una incertidumbre insospechada.

Alguien dijo que, cuando una mariposa se levanta en el Pacífico, con el  aleteo de sus alas puede levantar una tempestad en el otro extremo del mundo. Por ahí pueden ir algunos tiros. ¡Leñe con las mariposas!




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