sábado, 19 de enero de 2019

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Las nuestras: María Bellido




Calor tórrido. 45º a la sombra; mes de julio. Bailén en las puertas de entrada de Andalucía, salvado Despeñaperros, principios del siglo XIX. Guerra de la Independencia donde se enfrentan dos ejércitos. Uno lo manda el  general francés Dupont, algo más de veinte mil hombres; el otro, bajo el mando del español, general Castaños. No llegan a los veinte mil. Entre ellos Teodoro Reding.

Dicen las crónicas que el calor era agobiante. Los mandos se veían superados para contener a los hombres que buscaban agua para saciar la sed en acequias, pozos o arroyos. En la cañada de la Incosa está el pozo de Don Nicolás o ‘Noria del Sordo’…

Cuando el mito supera la realidad nace la leyenda. Se llamaba María Bellido apodada “la culiancha’, natural de Porcuna. Dicen que estuvo  casada con Luis Domingo, vecino de Bailén propietario de un olivar en las ‘Cuestas del molino’. Al igual que otras muchas  mujeres,  - no existía entonces las Intendencia - acude como aguadora a socorrer a los soldados….

En la estrategia de la batalla, Reding se retira hacia Menjíbar…. No se sabe con exactitud el lugar, al parecer a un lugar donde había  una era en las cercanías de un camino. Cuentan que una bala perdida rompe la vasija de barro en la que María ofrecía agua al general. María no se inmuta; el general, tampoco. En los restos de barro que quedan bebe Reding. En ese momento corre entre la tropa la noticia que valora y mitifica el valor de una y la serenidad del otro.

Luego, cuando los historiadores, o sea los que hurgan en los papeles viejos buscan entre los documentos aparecen una serie de interrogantes que incluso llegan a cuestionar la verosimilitud del hecho. Dicen que en los archivos de Porcuna no aparece nadie con ese nombre y apellido y que era originario de otro lugar. La duda va más allá e incluso tiran la honorabilidad de la mujer  a la que confunden con otra catalogada como de “vida fácil” amancebada con Juan Casado (preso en Jaén, leva de vagos 1787).

Entre su posible nombre figuran: María Inés Juliana Bellido Vallejo;  María Luisa Bellido; María Paula Bellido Ballejos… Sea cual fuere su nombre hay un hecho cierto: era una de las nuestras.

Fuente: Manuel López Pérez. Boletín del Instituto de Estudios Gienneses. 1978

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