jueves, 2 de noviembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿Ruina?; no, lo siguiente


                        


 Villanueva del Trabuco. Fuente de los Cien Caños. (Río Guadalhorce)


2 de noviembre, jueves. El río Guadalhorce es el más importante de la provincia de Málaga y genera la cuenca más extensa de los ríos andaluces que llevan sus aguas al mar Mediterráneo. Nace, Alazores arriba, entre las provincias de Granada y Málaga, casi cuando se corona el puerto, a la derecha, entre piedras calizas.

Al puerto se sube por una carretera tortuosa, estrecha y entre olivares al comienzo; luego, bordeas la vegetación de ribera: fresnos, alisos, algunos álamos blancos, unos chopos perdidos… El río es un reguero pequeño, diminuto.  Antes de llegar a la coronación, les decía, el río brota a manera de regueros imposibles entre las piedras.

Luego, un poco más abajo, el Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco ha tenido la feliz idea de aunar todas esas aguas dispersas, las canaliza con obra civil y la encauza para ofrecerla, a modo de fuente. La llaman – le han puesto ese número de salidas – la Fuente de los Cien caños.

Los años de lluvias las aguas regalan un espectáculo soberbio. Manan los caños con abundancia.  Es una sinfonía, un ruido ensordecedor, permanente, una eclosión de vida. Es de esos lugares a los que hay que acercarse los días en los que va poca gente. Entonces, allí el momento es sublime. Se deleita uno con el agua que cae de manera ininterrumpida.  La vista se recrea en la naturaleza que los circunda. A veces, el agua sobrante si no cabe por la canalización se precipita y baja a modo de cascada hacia el río. La gente se confunde y cree que ese es el nacimiento.

Enfrente, las sierras de San Jorge y Sierra Gorda; más abajo, por la ladera se chorrean los olivos frondosos; plantaciones nuevas de cerezas; alguna que otra encina centenaria al borde de la carretera que antaño fue camino. Es un lugar bellísimo, único, de esos que uno se encuentra, sin pensarlo, perdidos por esos mundos de Dios. Casi siempre el cielo azul. Puede que alguna rapaz planee en la altura muy por encima de los picachos calizos…

Mi amigo Fulgencio, ayer, cuando la tarde se dividía entre dos luces y se abría de capa como el torero valiente, puerta gayola, para recibir al toro la noche, me envió la foto que ilustra el artículo. Es desolador. Me parece que la gente, mucha gente que tiene información de cómo ha llovido en otros lugares de España, no es consciente de la ruina que tenemos sobre estas tierras si esto sigue así…

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