sábado, 4 de marzo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pedro Vila, cantor de su pueblo

 


                         "Fuentarriba". Álora. Homenaje a Pedro Vila García

                       

4 de marzo, sábado. Era bajito, de conversación agradable, palabra pausada, andar cansino y trato exquisito. No conocía la prisa. Atendía – trabajó en una compañía médica – siempre, con una sonrisa a quien llegaba a la ventanilla demandando un talonario de recetas, una orientación sobre algún facultativo o cómo  resolver el problema surgido en su salud.

Pedro nació en un café – hoy desaparecido – emblemático, el café de La Palma, cuando el siglo XX había superado el primer cuarto. Estudió Bachillerato y se aficionó a la literatura para él, entonces, “un manual de métrica y de composición literaria´.

Casado con María Luisa Becerra. Como tanta gente del pueblo buscó salida laboral fuera y se establecieron en Málaga, en el barrio de la Victoria. Su afición a las Letras le llevó a la creación literaria. Su aportación fue reconocida con diferentes distinciones.

Premio del Ayuntamiento de Málaga, de letras para verdiales, Premio IX Tribuna Poética del Sindicato de Escritores malagueños y un tercero de letras a la Cruz de Mayo de la Casa de Melilla en Málaga. Participó en reflotar el carnaval. Creó  las murgas “Los Victorianos” y “Los Carateclas”.

 En 1985 publicó su poema Soñar en colaboración con el pintor también perote José Rodríguez y participó en la Carpeta Literaria de la Universidad de Málaga. Colaborador asiduo de celebraciones culturales, actividades de peñas y actos de Semana Santa.

En su libro Álora y su Despedía incluyó: ¡A la virgen de Flores ¡ “Hay un palomar chiquito / a los pies del monte Hacho, / que recoge en su regazo / los recuerdos más benditos. / La paloma que lo habita / de relucientes colores, / perfuma con sus olores / a Álora señorona, / que al Guadalhorce se asoma / a ver la Virgen de Flores”.

El Ayuntamiento de Álora, junto a la remodelada fuente que daba nombre a la “Fuentarriba” – el pueblo tenía dos fuentes antaño, la “de abajo y la de arriba” – ha colocado un mosaico, obra de María Rengel Castro, con unos versos suyos. El mosaico es una preciosidad.  Hecho con la pulcritud, sutileza y buen gusto que esta mujer imprime a su obra de ceramista.

Se recoge un poema de Pedro: “(…) Si pudiera soñar / que me sirva de nostalgia, / y no volver a despertar / siempre seguir en la infancia”. Pedro, no vuele atrás. Se perpetua para deleite de quienes se acerquen a beber en la fuente de sus versos.


 

 

 

 

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