lunes, 13 de marzo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mi alcalde dice, no.

 


13 de marzo, lunes. Hace unos días los alcaldes de las zonas afectadas han dicho: “No”. Que un alcalde diga no en los tiempos que corren puede suponer que está contra algo o contra alguien. Tiene explicación. Lo que ocurre es que a lo mejor su explicación no interesa a algunos ‘interesados’.

Verán. Desde hace unos años se ha desarrollado una vorágine de colacar placas solares. Ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Cuando el ciego le arrió al lazarillo y le rompió el jarro de barro en la cara, lo curó con vino y le dijo aquello tan sabido de “Lázaro lo que te enfermó te cura y da salud”

Nadie en su justo razonamiento se opone al progreso ni a la implantación a las placas solares. La oposición surge cuando van contra la lógica, contra el sentido común, contra el destrozo del paisaje y de entornos únicos…

En Álora, mi pueblo, quieren poner un parque solar en un lugar precioso. Un paraje entre el arroyo de las Piedras, el que viene desde los Prados de Eslava en El Torcal por el Valle, y el Peñón del Negro, hasta Las Mellizas, y el Cerro de Virote. Ponerlo allí es algo así como pegar chillidos desde lejos y lo van a escuchar hasta en las tinieblas.

Somos conscientes que a nuevos tiempos se les responde con nuevas tecnologías, pero nadie en su sano juicio propicia y alienta un destrozo ecológico de una magnitud enorme. Para más sinrazón el nuevo ‘parque’ (¿?) va junto al corredor verde que unirá el Mediterráneo con el paraje natural de El Chorro. ¿Cabe más disparate?

Mi alcalde, Paco Martínez - y otros alcaldes - ha dicho donde tiene que decirlo que “eso, no”. No se ha negado en banda. Ha dicho que se coloque donde no haga daño.  Ha dicho, también, que ya soportamos dos líneas de ferrocarril: AVE y el Convencional, un tramado de cableado eléctrico mayor que el de otros pueblos por nuestro término municipal… Lleva razón.

Algún día en esta España nuestra donde se ha abierto la puerta del “todo vale” y “bolsillos” llenos se sabrá quienes se están forrando en aras de defender un progreso un tanto raro y está dejando tirado a las personas que con más buena voluntad que resultados intentan lo mejor para sus municipios. En esta ocasión, mi alcalde ha dicho, no. Me temo que su clamar y el de sus vecinos que lo apoyamos – se hizo incluso una recogida de firmas en su día- totalmente, no va a ser escuchado. Ojalá me equivoque, ojalá.

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