sábado, 18 de marzo de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. San José, un santo distinto


                        


   San José. Pintura al fresco. Santuario de Flores (Álora)

 

18 de marzo, domingo. Estuvo en primera fila. Ocupó un lugar de privilegio. Según el protocolo humano debía ser el tercero en el orden: Jesús, María y él. Sin embargo, conocemos muy poco de su vida y la mayoría de las veces aparece más como de soslayo. Vamos, un señor del que se cuentan algunas cosas.

Los que más hablan son los apócrifos. La Iglesia Católica no los admite como verídicos en contraposición con los Cuatro Evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan que, aunque algunos hablaron muchos años después, si estuvieron ellos o lo supieron de otros que vivieron los acontecimientos.

La iconografía lo representa como un señor mayor, con barbas que porta una vara de gamón florecida y que su profesión era la de artesano. Hay quien lo sube de categoría profesional y lo llama ‘carpintero’.

 La primera noticia la tenemos cuando un ángel, en sueños, le dice que no tema tomar a María en su casa. Luego, que bajaron a Belén a empadronarse. Vamos, que si al romano no le pasa por la cabeza saber cuánta gente hay en su Imperio… Más tarde que los Magos vienen a ver al Niño al que encuentran con él y con su madre. Después, otro ángel le dice que ponga tierra de por medio porque Herodes anda con las ideas de un cable caído…

Pasa el tiempo y cuando el muchacho tiene doce años les hace la faena de perderse entre una aglomeración de gente que había ido a Jerusalén a celebrar la Pascua – y digo yo, que para pascuas,  la que les hizo cuando ambos dos, se percataran que no estaba con el otro- pero bueno a lo que iba. La Madre cuando lo ve le reprocha “tu padre y yo te andábamos buscando”.  

Ya solo va a aparecer cuando alguien, sorprendido ante Jesús, se pregunta “¿este no es el hijo del carpintero? Nada o poco más que no sea apócrifo (que si viudo, que si tenía noventa años cuando se desposa con una niña, que si ante sus ojos Jesús hacía palomitas de barro que volaban y él, callaba…) Bueno, las fantasías sueltas.

No sabemos cuándo murió, ni por supuesto de qué ni dónde, ni en qué lugar (¿?) lo tendrán colocado en eso que llamamos ‘cielo’. Da igual. La Iglesia lo nombró Patrón Universal. Felicidades a cuantos celebran su onomástica el 19 de marzo. ¡Que sea por muchos años!

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