viernes, 7 de octubre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¿El ocaso de los dioses?

 


7 de octubre, viernes. Las noticias de los telediarios, las portadas de los periódicos serios - las de los otros ya se sabe por qué ramas se las andan – los informativos de la radio… Invitan a salir corriendo y no mirar hacia atrás.

Después de escuchar lo de algunas bandas de jóvenes que ahora no se les puede llamar por su nombre, pero que se sepa no vienen del Polo, con asesinatos y miedo en las calles de algunos barrios de Madrid o la última de los escándalos ventaneros…Me siento totalmente perdido. Pero de ahí, ni un paso más.

Me resisto a admitir que esa sea la sociedad que criamos. No. En absoluto. Esa es una parte de esta sociedad. ¿Culpables? Además de ellos, muchos más. No es cuestión de desgranar las cuentas de un rosario de lamentaciones. Todos sabemos ‘por donde va el agua al molino’.

Tenemos otra juventud excepcional, muy buena. No la valoramos y ni ellos mismos se dan importancia. Pasan desapercibidos. Es la que se levanta antes de amanecer y mete el hombro. No sale en los periódicos. Nadie se percata de ella. Es la que hace cada día que esto funcione.

¿Han escuchado aquello de ‘eso suena como un chino en una lata’? Esos son los que copan portadas, y horas de televisión basura. Hace mucho tiempo que a esas televisiones solo les dedico el tiempo que tarda de pasar de canal para llegar al que busco. Les hago una proposición ‘deshonesta’: ostracismo total para toda esa nimiedad y cosas soeces que nos llegan.

Centrarme en la valoración de la situación solo en la juventud es injusto. Hay personas maduras y más que maduras (solo hay que echar un vistazo a lo que nos rodea vestidos de uniforme, de batas de blancas, o simplemente vestidos de gente normal detrás de un mostrador, en el mercado… ¿A que convienen conmigo que esa gente vale un potosí?

Hago votos para que esos dioses falsos, ídolos de la nada que han surgido de nuestras propias carencias lleguen a su total ocaso. Antes mejor tarde. De verdad, tiene que venir el ocaso de esos dioses de oropel, de los papanatas que dan la sensación de abundancia intelectual y mensajes huecos. Están vacíos. Hueros como los huevos sin piso. Son un puñado de gatos… No les quepa la menor duda.  

 

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