sábado, 21 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sábado de otoño

 

                          


Ha amanecido un día desabrido. Nublado y ventoso. Dijo ayer, el hombre del tiempo que el levante arreciaría en el Estrecho. Se hace notar. Se agitan las ramas de los árboles. La gente lleva ropa de más abrigo que otros días.

El otoño ha presentado tarjeta de visita. No es normal el nivel de temperaturas tan altas a finales de noviembre de estos días. Me entero que en otros sitios de la Península sí hace un día soleado. Por la mañana bancos de niebla en los cursos de los ríos. ¿Inversión térmica?

La radio trae malas noticias. El ‘amable vecino de enfrente’… Eso. Ya se sabe cómo se las gasta Marruecos en cuanto ve debilidad en el complaciente vecino de este lado del mar. Fue también en torno en  noviembre de 1975 cuando organizaron la ‘Marcha verde’. Ahora el Polisario vuelve a enseñar las uñas y ellos, o sea, Marruecos presenta las credenciales invadiendo Canarias con gente que huye.

El gobierno tiene una patata caliente en la boca. Dicen que hay desavenencias entre sus propios ministros. Yo tengo por norma no escribir de política. Me lo he impuesto pero eso no quita para que a uno se le venga una preocupación más encima.

Veo, en el canal Viajar un programa sobre Tesalónica. Es de la BBC. El reportero Rick Stein. Lo enfoca, principalmente, en la cocina. Interesante y ‘sabroso’. En unos días he visto otros dos reportajes más, sobre la ciudad del Egeo. Uno, de Simon Reeve, basado en aspectos históricos, otro de Michael Portillo, fundamentado en los pormenores del paisaje después de pasar por Delfos y todo lo que suponía el oráculo. Los tres excelentes. Esos tres programas de la BBC merecen la pena.

Uno tenía noticias de Tesalónica por las Epístolas de San Pablo. Le escribió su comunidad cristiana dos cartas. La primera desde Corinto, conjuntamente con Silvano y Timoteo que acababa de regresar de su viaje por Macedonia  - Tesalónica es la capital – y les habla de la importancia del Espíritu Santo. La segunda, desde Antioquía de Siria y les apremia para que no hagan caso de noticias falsas sobre una segunda venida de Cristo. Este Pablo tenía las ideas muy claras.

Sigue el viento. Sopla con menos intensidad. Apunta algo de sol entre las nubes. Se hace bueno el refrán: “No hay sábado sin sol, ni mocita sin amor”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario