lunes, 2 de noviembre de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitátoca. El Puente


                                     


Está en Nueva York, bueno, entre Nueva York y Brooklyn, que de hecho le da el nombre. Une Manhattan y el ‘barrio’ – solo tiene dos millones y medio de habitantes -, al oeste de Long Island. Posee identidad – Brooklyn, claro; el puente, también – propia. Algo así como la gente de El Palo y Málaga, solo que estos, no tiene puente. Se inauguró en 1883. Era el puente más grande del mundo. Hoy,  una de las identidades de la ciudad de Nueva York.

Escribió Antonio García Barbeito del Puente de Triana que tenía una duda. Normal, si tiene una mano en Sevilla y otra en Triana… Yo tendría no una, sino muchas más. Sobre todo cuando el Cachorro viene a Sevilla y el río se va aguas abajo con su pena y sus suspiros.

Lisboa salvó el Tajo con un puente modernísimo. Ahora se  llama 25 de Abril por lo de la Revolución de los Claveles, ‘Grandola vila morena’… no estaba ni ese ni otros. Que me voy. A lo que iba. Dicen que cuando Espronceda entró en barco en Lisboa tiró por la borda un puñado de maravedís que llevaba en el bolsillo de la casaca, ‘porque le daba vergüenza entran en tan gran ciudad con tan poco dinero’. No dijo, que llevaba un cheque para unos de los grandes banqueros de la ciudad. No, eso no.

La fragata Gneisenau estaba fondeada en la Bahía de Málaga. 15 de diciembre de 1900, por más señas. Las autoridades portuarias recomiendan que entre a puerto y busque un lugar seguro. Venía un temporal de Levante. Lo ignoran. El temporal a ellos, no. La tragedia estaba servida. Murieron 41 personas, de los que 12 eran malagueños que se lanzaron en ayuda de los alemanes. Alemania en agradecimiento regaló a la ciudad un puente – “el Puente de los alemanes” - sobre el Guadalmedina, junto a la iglesia de Santo Domingo.

Nosotros, en Álora, teníamos otro puente. Modesto, era de pueblo. El amanecer del 28 de septiembre de 2012 el Guadalhorce lo arrancó de cuajo. Además del río, hay otros responsables con nombres propios que con su desidia  y mala gestión, originaron dos muertes y la ruina de muchas personas. Se comprometieron (¿?) a reponerlo. No hay que preocuparse. No ha llegado aún la hora.

Y ya ven, media España ha suspirando por un puente, ‘otro’ puente… ¿Será por puentes?


 

 

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