miércoles, 30 de marzo de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lotería

 

                                 

Inundaciones Setenil de las Bodegas (Cádiz) 

                  

Nubes y claros. El tiempo, como todo, rarísimo. Si uno ve la televisión – además de encontrarse con gente que sabe de todo – siente por dentro una sensación de ahogo e impotencia que lo deja anonadado. Mucho de lo que dicen, o es malo o va por el camino.

¿Se acuerdan de aquello de que todo lo que gusta está prohibido, es inmoral o engorda? Más o menos, pero al revés. Las noticias que saltan son como para echar a correr y no mirar hacia atrás. Lo que está a nuestras espaldas es para no verlo, pero anda, ¡que lo que tenemos por delante…!

Los ayuntamientos que no saben en qué gastar el dinero que no tienen, se han encontrado con un regalo añadido. Las calles – las fachadas también, pero ese es problema de los vecinos – tienen el barro incrustado de tal manera, que ni el agua a presión lo saca. Si el agua a presión fuese la solución para algunas cosas… pues eso.

Decían en no sé qué sitio, esos que les comentaba antes que lo saben todo, que nuestro gobierno le ha dado el Sahara a Marruecos para que frenase las oleadas de personas en las vallas de Ceuta y Melilla - como si la injusticia con cara de hambre y necesitad se frenase así – y están llegado en masa a Canarias… Ahora ¿cómo le ponemos al niño?

Esta primavera ha entrado muy rara. Después de un otoño e invierno secos, le ha dado por venir el agua a su antojo y la está liando en muchos sitios. Ayer por la tarde, le tocó a Setenil de la Bodegas y la semana pasada a la Comunidad Valenciana. Vamos que esto va por barrios.

Barbeito, ha ironizado en su “Tempranillo” de hoy sobre cómo envenenar a los negociadores de Ucrania: ¿fruta? ¿agua? ¿un polvillo sobre las mesas que con el roce entra en la piel y luego se va a la sangre? Con el cariño que te tengo, maestro, se te ha olvidado que, en este país nuestro, tenemos un sistema hipnotizador menos nocivo y más discreto: la tele.

El cambio climático, el culpable de todo. Y nosotros ¿qué? Nos puede pasar como el del chiste que le pedía a Santa Rita el premio de la lotería y la santa le contestó que al menos sacase el décimo. No hay que hacerse ilusiones; al menos sacar el décimo…

 

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