jueves, 19 de agosto de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Bordejé

 

 

               Iglesia de San Martín Obispo. Bordejé (Soria)


Cae la tarde. Tibio sol de retirada.  Olor a tierra seca, a rastrojo.  Un rebaño de ovejas levanta una polvareda a su paso… Pensó por un momento, en las orillas sensuales de su río bañadas por el agua mansa, ahítas de cañaverales, juncos y tamarindos. Enfrente, ahora tenía una tierra inhóspita, seca y yerma, la Vieja Castilla…

Bordejé, mimetizado, olvidado, está junto a la carretera N-111, de Medinaceli a Logroño, por el Puerto de Piqueras. Tres calles; el Camino Real lo cruza,  a un lado la calle Bajera, un poco más allá, el río Morón. Sobre un promontorio, la iglesia de San Martín Obispo.

El viajero sube hasta la iglesia. Está cerrada. Sobre el dintel una fecha 1862. Ve que hace mucho tiempo que esa puerta no se abre. Sentado en un poyete de piedra, un hombre deja que pase el tiempo. Se toca con una gorra de lana, en sus manos un bastón…

-         Buenas…

-         (Tarda en responder)… Venga con Dios.

-         ¿Vive mucha gente en el pueblo?

-         Alguna…

El viajero sabe que no llegan a veinte, y que en el pilar ya no abreva el ganado. Han crecido las yerbas nacidas con las lluvias de primavera; el  verano, las ha agostado. La fuente, en medio de la calle, hace mucho tiempo que no mana. No pasan los ganados trashumantes…

-         ¿De qué vive el pueblo?

-         El pueblo no vive. Solo quedamos viejos…

-         Pero este pueblo fue importante…

-         Nosotros, como estamos cerca de Almazán, ya se sabe…, pero ahora. (Y se encoje de hombros con resignación).

-         Claro, claro…

-         ¿Viene gente?

-         Poca…

Hablan un rato. El hombre, comedido, contesta. Coge confianza.

-         Me tengo que marchar…. ¿Cómo se llama usted?

-         Ramiro.

-         Yo, Pepe, para servirle.

El viajero pasó al año siguiente camino de Arnedo. Subió al promontorio y Ramiro no estaba. Al año siguiente, tuvo la tentación de seguir camino, pero no lo hizo. Entró.. ¡Y  lo encontró en el mismo sitio!

-         ¿Sabe usted? el año pasado, me desvié para saludarle, pero no estaba…

-         Es que algunas tardes vengo y otras no…

-         Ramiro, ¿queda muy lejos San Esteban de Gormaz?

-         Ni cerca, ni lejos… Depende.

El viajero siguió su camino. El viajero no se despide nunca. Le dijo un ‘hasta luego’. Ahora, la autovía de Navarra ha dejado a la derecha la N-111 y un poco más aislado, Bordejé.




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