lunes, 16 de agosto de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Segura, el cielo casi con las manos

 

 

       


 

Cuando te halles al pie de Segura - Segura de la Sierra - piensa que puedes estar ante uno de los pueblos más bellos y enriscados de cuantos des en encontrar en tu andar por estas tierras.


Párate y observa. Mira y ve. Oye y escucha. Contempla, escudriña...

El pueblo sube y trepa montaña arriba. A media ladera, la mole - Santa María del Collado -  fábrica y torre te dice cómo los campanarios se empeñan en otear vientos y horizontes, en capear ventiscas y temporales, en sobrevivir al paso inexorable del tiempo. El castillo corona el cerro y te cita a distancia. 

Te dirán - si vas a la tierra palentina, que fue en Paredes de Navas - que aquí nació Jorge Manrique, hijo del Comendador Rodrigo Manrique, a quien dedicó las Coplas de pie quebrado  por lo que ha pasado a la Historia de la Literatura Española. “A la muerte de su padre”. Su madre, dama segureña, doña Mencía de Figueroa. Un año antes de su nacimiento, andaban por tierras de Paredes de Navas de donde su padre era conde, acompañando las juras de no sé qué rey. Distancia, malos caminos… da qué pensar. Y, ¡qué caramba! a poseer glorias nadie hace ascos. Pues eso, se disputan el honor de haberle dado la primera luz a sus ojos. Sea como fuere, recréate con sus versos - que es lo que importa - y recuerda que murió frente al castillo de Garci Muñoz, en tierras de Cuenca, en defensa de intereses de Isabel, la Reina Católica...

La última vez que anduve por allí, era otoño. Llovía. Iba con Andrés y con Juan. Buscábamos un restaurante recomendado por Barbeito. Lo encontramos. Mereció la pena. No se olvida la Mesa Segureña (judías con perdiz y cordero)…. Antes, deja el coche frente a la iglesia. Sube andando. Rampa escalonada, amplia. Pasas por delante (te lo recuerda una lápida de lo que dicen que fue la casa del poeta…) El paisaje, ¿qué te digo?, toda la Sierra ante ti y para ti…Casi le puedes hablar de tú al cielo.

Luego de tanto encaramamiento por las alturas, tienes que volver. Baja. Toma el camino que te lleva a Orcera.




 

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